Participaron de la visita al museo -recientemente declarado patrimonio mundial de la UNESCO- donde funcionó uno de los principales centros clandestinos de detención, tortura y exterminio de la última dictadura cívico-militar: Silvina Pennella, directora general de Acceso a Justicia y Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo; Mayki Gorosito, directora del Museo Sitio de Memoria; Laura Reboratti, sobreviviente del centro clandestino; María Sonderéguer, integrante de la Comisión Provincial de la Memoria de la Provincia de Buenos Aires; Carolina Varsky, subsecretaria de Programas Especiales del Ministerio de las Mujeres de la Nación y abogada querellante en las causas de lesa humanidad; Mercedes Soiza Reilly, fiscal en la causa ESMA; María José Guembe, del CELS; Graciela Lois, de Familiares; e integrantes de los organismos de derechos humanos y de la Defensoría del Pueblo.
Luego de la recorrida, se realizó una reunión en el Salón de los Pañuelos Blancos para reflexionar sobre el impacto diferenciado que la violencia perpetrada por el terrorismo de Estado tuvo sobre mujeres y diversidades. Además, se debatió sobre cómo el avance del feminismo posibilitó la incorporación del enfoque de género en las demandas de Memoria, Verdad y Justicia y permitió visibilizar, investigar y sancionar como delitos de lesa humanidad a un conjunto de prácticas sistemáticas de violencia represiva perpetrada contra mujeres y personas femenizadas por su condición de género.