El suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud como “El acto deliberado de quitarse la vida”. La representación más extendida sobre el suicidio está asociada a la imagen de un acto individual con un propósito claro. Sin embargo, cada vez más, este evento de la vida humana es considerado en toda su complejidad, teniendo un alcance colectivo, como problema sanitario y social.
Las conductas suicidas abarcan un amplio espectro: desde la ideación suicida, la elaboración de un plan, la obtención de los medios para hacerlo, hasta la posible consumación del acto. Si bien no pueden asociarse de manera lineal y consecutiva, es fundamental considerar el riesgo que cada una de estas manifestaciones conlleva más allá de la intencionalidad supuesta.
Es importante prestan atención frente algunas señales:
- Estado de ánimo: Si existen manifestaciones de tristeza y/o sensación de desesperanza frente a la vida.
- Aislamiento.
- Dificultades para dormir, comer, sostener rutinas.
- Intento de suicidios previos
- Perdida de interés por actividades que antes resultaban placenteras.
- Conductas de riesgo como consumo de sustancias.
Es importante brindar escucha y apoyo emocional, hablar abiertamente sobre el tema. Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo ayuda o apoyo. Un numero significativo de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza, y pueden considerar que carecen de otra opción.
Frente a estos síntomas y en caso de emergencia comunicarse con:
- Línea de asistencia al suicida 165 (CABA Y GCBA)
- 011-5275-1135 O 0800-345-1435
- SAME 107