El autismo afecta la capacidad de relacionarse y la forma de percibir el mundo, lo que altera la sociabilización, el procesamiento sensorial y la comunicación. Las personas que viven con él son muy vulnerables a los cambios en la vida cotidiana y las rutinas.
Es importante saber que cuando hablamos de autismo, en realidad, nos referimos a un amplio espectro de síntomas. Dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), no existen dos personas iguales, por eso es tan necesario difundir y ayudar a comprender sobre esta condición.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños y niñas tiene TEA. Se estima que cada 11 minutos se diagnostica una persona con autismo.
Los TEA no pueden curarse médicamente, es una condición -y no una enfermedad-, por lo tanto perduran toda la vida.
Sin embargo, la detección precoz permite una intervención profesional temprana en los/as niños/as con TEA y en la orientación de sus familias, lo cual contribuye a aumentar la capacidad de afrontamiento de éstas, a reducir el estrés en el grupo familiar y a brindarles herramientas para acompañar y estimular el desarrollo del niño/a y su adaptación.
Quienes se encuentran dentro del espectro autista experimentan obstáculos en su vida cotidiana para acceder a derechos fundamentales como la educación, el trabajo y la autonomía para tomar decisiones en sus propias vidas. Para revertir esta realidad, es necesario mejorar el acceso a una oferta educativa de calidad, adaptada a sus necesidades y singularidades y libres de acoso escolar (bullying), así como la disponibilidad de entornos laborales inclusivos y respetuosos.
En los últimos años, ha habido un cambio importante en la narrativa en torno al autismo: se piensa menos en encontrar una cura y más en comprender la variabilidad dentro del espectro, en romper con los estereotipos, en lograr los apoyos necesarios para la inclusión de las personas con TEA y el respeto de sus derechos, así como reconocer sus contribuciones posibles en el hogar, el trabajo, las artes y la definición de políticas.
Para ello, es imprescindible disponer que la atención a las personas con autismo esté acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social que permitan alcanzar mayor accesibilidad, inclusión y apoyo; garantizando las mismas oportunidades de participación.
La Defensoría del Pueblo, con su labor cotidiana, ratifica su compromiso por la construcción de una Ciudad más justa, inclusiva y equitativa para todos/as sus habitantes, promoviendo, defendiendo y controlando el cumplimiento de las normas que amparan los derechos de las personas con discapacidad y del colectivo de personas con TEA.