Este año la campaña de la OMS se focaliza en el daño que las empresas tabacaleras le hacen al medio ambiente. En este sentido, alerta que para la fabricación de cigarrillos se utilizan, anualmente y a escala global, 600 millones de árboles y 22.000 millones de litros de agua, a la vez que se emiten 84 millones de toneladas métricas de CO2 hacia la atmosfera, lo que contribuye al aumento de la temperatura del planeta.
En función de ello, señala que resulta imperioso que las empresas limpien los desechos que producen, que se ayude a los cultivadores de tabaco a optar por cultivos sostenibles y que se intensifiquen las campañas para que la población deje de fumar.
Según datos oficiales, en la Argentina fallecen unas 48.000 personas por año a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco, lo que representa el 14 % de las muertes totales del país.
Por tal motivo, la campaña de la Defensoría del Pueblo se centra en la promoción de hábitos de vida saludables y conductas preventivas para moderar el impacto en la persona fumadora y para cuidar a quienes la rodean.
Es importante destacar que al dejar de fumar se producen los siguientes cambios positivos para la salud, según la Dirección de Políticas Sociales en Adicciones del Gobierno porteño:
-A los 20 minutos: la presión arterial y el ritmo cardíaco comienzan a normalizarse.
-A las 8 horas: el nivel de oxígeno se aproxima al normal y los niveles de nicotina se reducen.
-A las 24 horas: disminuye el riesgo de infarto y los pulmones comienzan a limpiarse.
-A las 48 horas: la nicotina desaparece del organismo.
-A los 3 días: aumenta la capacidad pulmonar y se reduce la tos.
-A los 15 días: mejora la circulación sanguínea y desaparece la dependencia física a la nicotina.
-Al mes-2 meses: la presión arterial recupera sus valores normales.
-A los 3-6 meses: se consolidan los nuevos hábitos en la vida cotidiana.
