Las “Directrices de Riad” fueron adoptadas por la Asamblea General mediante Resolución 45/112, el 14 de diciembre de 1990
El instrumento establece las normas para la prevención de la delincuencia juvenil e incluso medidas de protección de personas jóvenes quienes han sido abandonadas, descuidadas, abusadas o quienes se encuentran en situaciones marginales – en otros términos, en “riesgo social”. Las Directrices toman como punto primordial el foco de atención en los niños y niñas, y se basan en la premisa de que es necesario contrarrestar aquellas condiciones que afectan e influencian desfavorablemente el desarrollo sano del niño.