Para elaborar el informe -que realizamos junto con el Centro de Estudios, Investigaciones y Opinión (CEIO) de la Defensoría- hemos considerado que han pasado 25 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y 41 de la CEDAW y, en el marco de los principios, postulados e indicaciones, y basados en la experiencia concreta de las mujeres en tanto realidades que deben orientar las acciones, se evaluó —tanto necesaria como acertada— la decisión de repensar las herramientas de protección y seguridad con las que contamos a nivel nacional y, puntualmente, en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En función de lo mencionado, nuestra principal fuente de insumos fue el trabajo con grupos focales y entrevistas directas, además de los aportes de algunos organismos comprometidos con el funcionamiento del botón anti-pánico. A través de la técnica de grupos de discusión (Focus Group), se aplicó una metodología de investigación cualitativa en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para el reclutamiento y armado de la muestra, se tuvieron en cuenta las variables Edad y Nivel Educativo. En total, se evaluaron cuatro grupos divididos según los niveles socioeconómicos medio alto y medio bajo. Al final del estudio, se comprobó que la problemática no presenta grandes diferencias y que atraviesa a todos los segmentos etarios, educativos y socioeconómicos por igual.
A través de sus experiencias, las mujeres entrevistadas abren un panorama que facilita el registro de los baches y vacíos que quedan a la intemperie, y ponen en evidencia una cruda realidad: lo complejo e intricado que resulta combatir y erradicar la violencia instalada en hábitos, costumbres, prácticas y representaciones que circulan por los diferentes niveles y estratos de lo social y de los que la justicia, por ejemplo, tampoco está inmune.
Las usuarias, con sus vivencias y reflexiones, han descubierto un panorama donde, claramente, se observan obstáculos y dificultades con relación a las modalidades de intervención y a las medidas que se vienen aplicando y, a pesar de reconocer un cierto nivel de utilidad, no llegan a resolver su situación de vulnerabilidad en un 100% y, además, las ponen en riesgo.
En función de lo recabado y analizado en la investigación, y a fin de saldar esta situación, en el informe se propone una serie de recomendaciones para mejorar los recursos, los dispositivos, las estrategias de abordaje de la problemática y el acompañamiento a la mujer en situación de violencia.
Podés descargar el informe completo acá: informe BOTONES ANTIPÁNICO