Hace más de una semana que las familias permanecen en sus viviendas en todo el país por el aislamiento social, preventivo y obligatorio que dispuso el Gobierno Nacional para prevenir la propagación de COVID-19. ¿Qué les pasa a los hombres durante esta cuarentena que los obliga a estar 24 horas en el espacio doméstico, ese espacio privado, ajeno, denostado por el patriarcado y que tanto amenaza su masculinidad? El encierro es uno de los factores que puede potenciar las violencias machistas.
¿Qué herramientas se les puede ofrecer a los varones para el desarrollo de nuevos roles en el hogar o para frenar a tiempo la violencia machista? En este contexto de aislamiento social es importante manejar los impulsos y prevenir situaciones de violencia en todas sus formas (psicológica, física, sexual, simbólica, económica). Por este motivo, si necesitás ayuda podes comunicarte al 1139042537, el WhatsApp del Espacio de Psicoedución en Conductas Violentas (dirigido a hombres) de la Defensoría.
Es la oportunidad para que los varones puedan modificar conductas y desarrollar tanto la escucha como la empatía. Ponerse en el lugar de la otra persona tratando de entender lo que quiere decir. Es el momento para considerar el trabajo doméstico que las mujeres llevan adelante cotidianamente y así poder entender que tanto los quehaceres hogareños y los cuidados son responsabilidad de todos y todas. Estos días van a surgir muchas emociones y hay que aceptar el sentimiento sin resistencias para conectar con la propia vulnerabilidad, reconocer el sufrimiento y hacerse cargo.
La incomodidad que para el género masculino produce este aislamiento puede ser una ocasión para que los hombres reflexionen y hagan un proceso de transformación de sus vidas. Repensar y replantearse su masculinidad hegemónica y las relaciones de género.
En estos días de aislamiento social, donde se está alejado de la lógica productiva, patriarcal y machista tal vez el hombre pueda generar cambios importantes en su vida y en la de quienes le rodean. Solo a través de la toma de conciencia, el propio cuestionamiento, la responsabilidad y la renuncia de los privilegios (que este sistema otorga a los hombres por el simple hecho de nacer varones) se puede construir una nueva masculinidad para una sociedad más justa e igualitaria.