En la actual coyuntura desatada por la propagación del COVID-19 y las medidas dispuestas por el Ejecutivo Nacional y el Gobierno de la Ciudad, todas las personas (niños, adolescentes, adultos y ancianos) deben adaptarse a la situación de aislamiento social obligatorio que, entre otros problemas, limita el acceso personalizado a los servicios de salud.
Cabe señalar que si bien el aislamiento es recomendable y necesario, puede generar miedo, frustración, enojo o ansiedad así como problemas vinculares que afecten la convivencia entre personas. En algunos de estos casos de crisis personal o familiar, es fundamental la asistencia especializada en salud mental para su contención.
En este sentido, es necesario que la población tenga acceso a prestaciones que garanticen la continuidad de los tratamientos en curso al momento de decretarse la emergencia sanitaria y permitan realizar nuevas consultas ante episodios desencadenados por la situación de cuarentena.
La consulta psicológica a distancia, bajo distintas modalidades de telecomunicación, se ha constituido como una respuesta muy oportuna gracias a la flexibilidad y calificación técnica demostrada por el colectivo de psicólogos y por la aceptación que estas estrategias han generado en las personas que requieren asistencia. Garantizar estas modalidades de atención contribuirá a una mejor prevención y tratamiento de situaciones de crisis inéditas y prolongadas que pueden poner en riesgo la salud física y mental de todos los argentinos.
