Bandera Argentina
lactancia materna

Semana de la Lactancia Materna

Se celebra del 1 al 7 de agosto en más de 170 países, para conmemorar la Declaración de Innocenti, una política de lactancia materna a nivel mundial consensuada en 1990 por representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de UNICEF.

El lema de este año es «Lactancia materna: pilar de vida» y tiene por finalidad hacer un llamado a los gobiernos para que desarrollen medidas destinadas a proteger, promover y respaldar la lactancia materna como un derecho.

La LM está recomendada por la OMS desde la primera hora de vida hasta los 6 meses en forma exclusiva, para luego continuar hasta los 2 años o más, complementándola con alimentos adecuados para la edad.

La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido, es segura e higiénica, no requiere preparación y está disponible a toda hora a una temperatura adecuada. La lactancia es una práctica económica y eficaz con numerosos beneficios:

-contribuye al crecimiento y desarrollo saludable;
-reduce la mortalidad infantil (UNICEF calcula que la lactancia materna exclusiva hasta la edad de seis meses puede evitar anualmente la muerte de 1,3 millones de niños y niñas menores de cinco años);
-es de fácil digestibilidad en comparación con otros productos alternativos;
-contiene anticuerpos que ayudan a combatir virus y bacterias, hasta que el sistema inmunológico del/ de la recién nacido/a sea capaz de crear sus propias defensas;
-reduce diarreas, gases, otitis y problemas respiratorios;
-disminuye el riesgo de padecer asma y alergias;
-reduce la posibilidad de padecer enfermedades crónicas a largo plazo como diabetes, cáncer y obesidad;
-mejora el desarrollo cognitivo del niño/a.

Por otro lado, para la madre dar de mamar también es importante y beneficioso, dado que:

-favorece la relación de afecto entre la madre y el niño o la niña, fortaleciendo el vínculo;
-reduce el sangrado posparto;
-ayuda a recuperar el peso previo al embarazo y reduce el riesgo de obesidad posparto;
-ayuda al útero a regresar a su tamaño original después del parto;
-reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario;
-disminuye el riesgo de padecer anemia, hipertensión y osteoporosis.

Los Estados deben implementar políticas públicas y medidas complementarias para la protección de la lactancia materna, así como para la remoción de todo tipo de obstáculos que la impida. Proveer, tanto en efectores públicos (hospitales y centros de salud) como de obras sociales y privados, atención prenatal y perinatal para la madre y el/la recién nacido/a, apego inmediato postparto del bebé o beba con su madre, entrega de métodos anticonceptivos y atención para la salud sexual y procreación responsable, prevención y tratamiento de enfermedades comunes, internación conjunta madre-hijo/a, capacitación del personal de la salud en técnica de lactancia, campañas de concientización sobre la temática y normativa que garantice el derecho de las mujeres trabajadoras facilitando el amamantamiento.

En nuestro país, la Resolución 201/2002 del Ministerio de Salud de la Nación creó el Plan Materno Infantil como parte del Programa Médico Obligatorio (PMO). Por lo tanto, todas las prepagas y obras sociales deben brindar el 100% de cobertura de la atención integral del embarazo, parto, postparto y del recién nacido hasta el primer año de vida. Con el objetivo de promover la lactancia materna, el plan no cubre la provisión de leches maternizadas, salvo expresa indicación médica, que debe acompañase con resumen de la historia clínica que la justifique.

La lactancia materna es el mejor modo de proporcionar al recién nacido todos los nutrientes que necesita y además es un momento privilegiado que permite el encuentro entre madre e hijo/a a través de la mirada y el abrazo.

Existen muchos mitos que desaconsejan esta práctica, como los que sostienen que una madre con diabetes, con gastroenteritis, mastitis, pezones planos o agrietados no puede amamantar. En todos estos casos se requiere de un buen asesoramiento y tratamiento de la mujer por parte del equipo de salud. Dar la teta sólo está contraindicada en muy pocas ocasiones (VIH materno, galactosemia, tratamiento contra el cáncer o exposición materna a ciertas drogas).