María Elena Naddeo, directora general de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo, resaltó la presencia de los invitados al rescatar su compromiso: “Acá tenemos a dos luchadores por el derecho a la igualdad y la diversidad sexual, que nos van a ayudar a entender más la problemática de la diversidad.”
“Hay que comprender la violencia y la discriminación en su doble aspecto», señaló Canevaro. «La violencia como práctica social, es decir, todas aquellos hechos discriminatorios que tienen en su origen la acción de la persona física y, por el otro lado, la violencia institucional, es decir, la ejercida por el Estado. Concretamente, las acciones u omisiones en las que incurre, porque tenemos una legislación muy avanzada en materia de derechos humanos pero hay grandes falencias en la aplicación concreta de estas normas”.
Por su parte, Berkins resaltó la importancia de la Ley de Matrimonio Igualitario y de la Ley de Identidad de Género al calificarlas «dos normas extraordinarias, porque constituyen un marco legal en el que el Estado nos reconoce como ciudadanos de primera. Por primera vez nos sentimos convocados como ciudadanos a la mesa de la democracia”. No obstante, advirtió sobre las falencias en su aplicación: “Ahora resta que vayan acompañadas por las políticas públicas, y lamentablemente vemos que en la Ciudad de Buenos Aires poco se ha avanzado en ese sentido, más bien experimentamos un retroceso. Creo que en esta etapa necesitamos luchar por la exigibilidad de los derechos que nos protegen”, finalizó.
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