Uno de los ejes abordados en la reunión fue la profunda desigualdad social existente en la Ciudad de Buenos Aires, y la debilidad de las políticas públicas del distrito en salud, alimentación y vivienda. En especial la situación sanitaria en las villas de la ciudad, la expansión del COVID 19 en la villa 31 y el dengue en la zona oeste, particularmente Flores y Bajo Flores.
Asimismo, se le planteó a la Defensora la necesidad de que incorpore en la agenda de su organismo el acceso a datos móviles gratuitos para los niños de las barriadas populares. La débil o nula conectividad que poseen los chicos y chicas más humildes está acentuando las desigualdades educativas ya existentes.
Desde el Programa de Atención de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría, María Elena Naddeo planteó, entre otras cuestiones, el reclamo efectuado por Alejandro Amor a las autoridades de la Ciudad para que las y los trabajadores de la infancia así como los niños, niñas y adolescentes albergados en hogares y dispositivos de alojamiento diversos cuenten con las medidas de bioseguridad necesarias para la prevención del virus y se realicen los testeos tanto del personal como de los chicos que ingresan al sistema de protección.
La ausencia de comedores escolares es una de las preocupaciones que expuso la Defensoría Nacional de la Niñez. La consigna «Aulas cerradas, comedores abiertos» será uno de los temas a reclamar a nivel nacional y local por Marisa Graham y su equipo. Además reafirmó el compromiso se continuar articulando y compartiendo los reclamos y propuestas de estas organizaciones nucleadas en APIABA y la Defensoría del Pueblo.