En las próximas reuniones de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura porteña, los diputados y sus asesores debatirán acerca de los diferentes proyectos relacionados a la reforma electoral sobre la cual se está debatiendo en la Ciudad.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, presentó en 2016 un iniciativa legislativa (2189-F-2016) para, a partir de un consenso, avanzar en la temática. En sintonía con la agenda planificada por la comisión, el proyecto presentado por el Defensor del Pueblo Alejandro Amor plantea la organización y difusión de un debate público entre los diferentes candidatos y proponiendo la Defensoría como ámbito del mismo; la importancia de la equivalencia según género en las listas de candidatos/as; el establecimiento de Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias; la incorporación del sistema de emisión de voto con Boleta Única; las disposiciones generales para la incorporación de nuevas tecnologías al acto electoral; y la creación de un Tribunal Electoral que tendrá como responsabilidad todo lo relativo a la organización del acto eleccionario.
La mencionada “Ley Electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” tiene entre sus objetivos garantizar la ampliación de los derechos políticos de los/as ciudadanos/as que habitan en ella. En este sentido, también podemos ver entre los puntos centrales del proyecto: la incorporación de los/as ciudadanos/as extranjeros/as a participar del proceso electoral para autoridades locales; y el voto de personas internadas en establecimientos del Sistema de Salud Mental.
De esta manera, queda evidenciado como la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires tiene entre sus objetivos contribuir a enriquecer la elaboración e implementación de un nuevo modelo de organización y administración electoral.
En palabras del Defensor del Pueblo, «resulta necesario garantizar que la genuina manifestación de la voluntad ejercida mediante el voto sea inviolable, inmodificable e inmutable, porque esa es la esencia de la democracia misma, la verdadera base en la que reposa la totalidad del sistema».