Palmiotti y Pozzali se interiorizaron de la puesta en marcha de los locales de la zona y escucharon las inquietudes sugeridas por los comerciantes.
El prolongado cierre de la avenida Avellaneda, por motivos de la cuarentena, tuvo como consecuencia directa el cierre de un importante número de locales; y por supuesto la merma de ventas producto del impedimento de la llegada del público que diariamente se acercaban desde no sólo del área metropolitana sino también de compradores provenientes de varias provincias del país. Los Defensores se pusieron a disposición a través de la Defensoría del Pueblo para colaborar en todo lo que sea necesario ante esta imprevista circunstancia que afecta el normal funcionamiento de los comercios.