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Recomendaciones por el funcionamiento de la Línea H

La institución realizó intervenciones con la finalidad de resguardar la salud y el derecho a un ambiente sano de los vecinos que habitan en las cercanías de la traza.

Por medio de la Resolución 1257/221, la Defensoría del Pueblo instó a Metrovías S.A. a que disponga las medidas necesarias para gestionar el servicio que presta la Línea H sin superar los valores máximos de velocidad utilizados entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, especialmente entre las estaciones Inclán y Parque Patricios.

Además, recomendó al titular de la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad que ralice controles periódicos de las vibraciones y los ruidos molestos a nivel de la superficie a lo largo de toda la traza, con particular atención en el tramo mencionado.

Cabe destacar que, desde 2019, numerosos vecinos de las zonas aledañas a la Línea H comenzaron a denunciar el padecimiento de ruidos molestos y vibraciones de distinta intensidad que provocaron la aparición de rajaduras, desprendimientos de mamposterías y diversa clase de inconvenientes en las residencias. Tanto los ruidos como las vibraciones fueron confirmadas por las inspecciones técnicas realizadas por organismos oficiales del gobierno porteño.

Por este motivo, la Coordinación Operativa de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la casa llevó adelante una serie de investigaciones con el fin de encontrar un encuadre adecuado a la demanda vecinal, dado que no sólo se encontraban afectadas las viviendas de los denunciantes sino que se trataba de un caso de contaminación sonora que debía ser abordado desde el punto de vista del derecho a un ambiente sano.

La aparición del COVID-19 produjo una modificación en el funcionamiento del sistema de transporte público y la consecuente adecuación de las intervenciones en desarrollo. En el contexto de la emergencia sanitaria, se pudo verificar que tanto los ruidos como las vibraciones provocadas por la Línea H se redujeron sustancialmente por la disminución de las frecuencias y los consiguientes cambios en la velocidad de las formaciones. Esta situación evidenció que no son necesarias grandes inversiones en obras públicas para que la Línea H deje de afectar la salud, el bienestar y los bienes de quienes residen próximos a su recorrido.