La Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elevó una recomendación al Ministerio de Salud porteño sobre la necesidad de elaborar un protocolo que contemple la posibilidad de que familiares puedan acompañar o despedir a quienes fallecen por COVID-19.
“Es propicio recomendar que las instituciones del sistema de salud establezcan protocolos adecuados, en la medida de las posibilidades -considerando la infraestructura, los recursos físicos y humanos- tendientes a humanizar las prácticas de aislamiento institucional, garantizando los derechos de los pacientes COVID y asegurando un trato digno y respetuoso”, establece el documento.
Según lo dictado por la Constitución argentina y los Tratados Internacionales respecto a la salud, la capacidad de decisión sobre la propia vida y el acompañamiento familiar forma parte de los derechos que deben ser garantizados.
La cuarentena tiene un fuerte impacto psicológico. Los profesionales que realizaron estudios al respecto, informan efectos psicológicos negativos, incluidos síntomas de estrés postraumático, confusión y enojo. Los factores estresantes incluyeron una mayor duración de la cuarentena, temores de infección, frustración, aburrimiento, suministros inadecuados, información inadecuada, pérdidas financieras y estigma.
Asimismo, es sabido que muchas de las personas ingresadas a los centros de atención de la pandemia nunca más regresaron a sus hogares, nunca más volvieron a encontrarse con sus afectos y murieron en la angustiante soledad.
Es responsabilidad del Estado minimizar, en la medida de lo posible en el contexto de la pandemia, la regresión respecto a estos derechos.
Es por esto que se plantea la necesidad de establecer protocolos que, en esta difícil situación, respeten el derecho a la información, la elección a las distintas opciones clínicas al alivio del sufrimiento y a una muerte digna en compañía de seres queridos.