De aprobarse el proyecto, se prevé construir la residencia en el predio ubicado en Lucio Mansilla y Sánchez de Bustamante. El inmueble deberá contar con un mínimo de cincuenta plazas, con el espacio adecuado para permitir que los/as integrantes del grupo familiar permanezcan viviendo en condiciones dignas, donde puedan pernoctar y procurar su alimentación e higiene. La asignación de plazas atenderá con prioridad a aquellos integrantes de grupos familiares de niñas, niños y adolescentes internados con patologías severas, con alto riesgo para su vida y en las cuales la intervención cotidiana y próxima de sus integrantes sea necesaria a los fines de una mejor evolución de la persona en tratamiento y sostener el vínculo familiar.
El proyecto está basado en aspectos emocionales y psicosociales de la pediatría, estudiados, por Florencio Escardó -pionero en la interacción conjunta madre-hijo- quien apenas iniciado como médico, pudo observar, alarmado, que los/as niños/as eran internados en el hospital sin sus madres, padres y otros familiares. Escardó se interesó por el contexto socio emocional del paciente para revolucionar la Pediatría proponiendo al ámbito hospitalario y científico que la internación sea conjunta.
En este sentido, a lo largo de la historia del Hospital de Niños, la relación cotidiana y próxima de los familiares con las niñas, niños y adolescentes asistidos en internación ha sido activamente sostenida en el tiempo y promovida por sus profesionales. Esta filosofía institucional continúa mostrado beneficios tanto para los pacientes asistidos como para el sostenimiento de los vínculos familiares en circunstancias muchas veces extremas.
La promoción de la humanización de la asistencia médica implica el respeto y reconocimiento del necesario protagonismo de la familia en la recuperación de la salud de las niñas, niños y adolescentes internados, por lo que el facilitar la estadía de los familiares en condiciones dignas, debe ser un objetivo ineludible de las políticas de salud.