En los fundamentos de la iniciativa se subraya que «la Ciudad cuenta con veinte estadios de fútbol, lo que demuestra la trascendencia de este deporte para la vida social porteña, pero también evidencia la importancia de que existan normas que los regulen. El Código de la Edificación en su Capítulo 7.8 Deportivo y social se refiere a los estadios de fútbol y regula cuestiones relacionadas con la materialidad de la estructura, las graderías, la protección en las tribunas, la capacidad del estadio y los medios de salida, es decir, las condiciones de confort y seguridad de los asistentes, pero no existe prácticamente regulación para los deportistas.». Por eso, propone que «los cercos perimetrales de los campos de juego ejecutados en mampostería o materiales de similar rigidez o dureza deberán estar cubiertos con un revestimiento acolchado a modo de protección, de espesor mínimo 2 pulgadas, cubierto con una funda ignífuga. Este revestimiento cubrirá asimismo la parte superior del cerco. Los elementos estructurales de los cercos perimetrales de alambrado también deberán estar recubiertos con el revestimiento señalado».
En otros países del mundo ya se incorporaron este tipo de protecciones con buenos resultados. El caso más sobresaliente es el del baseball en Estados Unidos, en cuyos estadios se cubren los muros perimetrales con un revestimiento llamado padding, que protege a los jugadores.
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