El proyecto estipula, entre otras cosas, que los jardines y espacios verdes incluidos en las parcelas que forman las “Estaciones de ferrocarril” deben ser mantenidos y protegidos de su destrucción, en su carácter paisajístico en función de las distintas situaciones especiales generadas para el conjunto.
Asimismo, establece que se deberán respetar las especies arbóreas existentes en las parcelas correspondientes a las estaciones de ferrocarril, edificaciones de arquitectura ferroviaria y elementos tipológicos que integran el equipamiento del cuadro de estación. Se prohíbe la tala o el trasplante de las especies vegetales incluidas en las parcelas. Se deben reponer con especies vegetales similares cuando el paso de los años las deterioren.
Estaciones, refugios de pasajeros, talleres, cabinas de señales, puentes, relojes, campanas, garitas, entre otros han subsistido a través de los años y a pesar de los cambios de tecnología han adquirido un gran significado como testimonios tangibles de una nación en expansión con la que todos nos sentimos identificados.
En los fundamentos de la iniciativa -elaborada por la Subsecretaría de Derechos Urbanos, Espacio Público y Medio Ambiente de la institución- se subraya que “resulta indudable que las estaciones de ferrocarril son depositarias de valores testimoniales del desarrollo industrial y del proceso de consolidación territorial en nuestro país. En la Ciudad de Buenos Aires, poseen valores arquitectónicos, singulares e histórico-culturales, añadiéndose el valor tipológico, urbanístico y ambiental».
Por todo ello, la Defensoría solicitó la pronta aprobación del proyecto, ya que la protección de ejemplos de este tipo resulta fundamental para la preservación de la memoria de la ciudad.