En nuestro país se generan alrededor de 50.000 toneladas de residuos por día y aproximadamente el 20% de ellos son envases. No se trata de un fenómeno local sino de un problema global que afecta, sobre todo, a las grandes ciudades del planeta. Es por eso que durante los últimos 20 años se presentaron numerosos proyectos de ley para regular qué hacemos con los envases de los productos de consumo y para disminuir su uso. Todos estos proyectos ya fueron girados a la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, en donde está pendiente el dictamen para que el tema pueda ser debatido en la cámara baja.
Este nuevo proyecto propone que la gestión racional de los envases vaya acompañada por la promoción del reciclaje inclusivo, esto es, que se brinde la importancia que merece al trabajo de los recuperadores urbanos (los mal llamados “cartoneros”), de los cuales depende que no colapse la gestión de los residuos en nuestro país en general y en nuestra ciudad en particular.
La iniciativa plantea la creación de un Sistema Nacional de Gestión de Envases para que coordine y centralice la reintroducción de los materiales reciclables en el sistema productivo, esto es, el proyecto desde su núcleo contribuye al desarrollo de una “economía circular”, que es la opción más racional para encaminar la problemática de los residuos a escala global.
A su vez, propone la creación de una “tasa ambiental” de bajo costo sobre los productos alcanzados por esta ley y también incorpora el criterio de la “responsabilidad extendida del productor” (REP), como ya se está llevando adelante en Chile o Brasil y en diversas regiones del mundo.
La presentación de este tipo de proyectos es importante por dos razones principales. Por un lado, porque genera fuentes de trabajo y protege las actuales. Y por el otro porque la mala gestión de millones de toneladas de envases produce contaminación del suelo y del agua, emisión de gases de efecto invernadero y de material particulado, creación de focos infecciosos y proliferación de vectores, así como un impacto negativo sobre el paisaje y los recursos naturales.
