El encuentro se realizó el miércoles 28 de septiembre en la sede del organismo ubicada en Avenida Belgrano 673 y contó con la presencia de Alejandro Amor, Defensor del Pueblo porteño; Natalia Santarelli, subsecretaria de Descentralización de la Defensoría; el padre Gustavo Carrara, coordinador del Equipo de Curas para las Villas de Emergencia; Juan Ignacio Maquieyra, presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad; Cristian Heredia, presidente de la junta vecinal de la Villa 21-24 de Barracas; Marino Sosa, delegado del Barrio Rodrigo Bueno; y Federico Berardi, director de Villas de la institución.
Natalia Santarelli abrió la jornada y manifestó que “tenemos la tarea de llevar la Defensoría a los barrios, en especial a todas las villas porteñas, lo cual es un objetivo casi cumplido”. Además añadió que las diferentes mesas de trabajo que se desarrollen hacia adelante son parte del trabajo en conjunto que lleva adelante la institución.
Por su parte, el Defensor del Pueblo Alejandro Amor destacó que cuando el jefe de Gobierno porteño Horario Rodríguez Larreta anunció el Programa de Integración Socio Urbana “fue algo muy importante y es una estrategia central. Durante muchos años se sostuvo una política de erradicación de las villas y el cambio de paradigma implica a todos los que vivimos en la Ciudad”. De la misma manera, enfatizó el objetivo de la Defensoría de estar “donde los vecinos más nos necesitan” y remarcó que cuando el Estado está ausente “hay otro que ocupa su lugar; y en el caso de las villas, ese lugar es ocupado por la Iglesia”.
Federico Berardi señaló que el espíritu es centralizar el contenido de lo que tiene que ser la integración social y urbana de las villas. “Tiene que ser una construcción colectiva que nos respete mutuamente. Hay que formar procesos y no ocupar espacios efímeros”, manifestó.
Para Cristian Heredia, las villas tienen que ser un ejemplo de unión entre los vecinos. “Los colores políticos no nos pueden dividir”, expresó. Además, pidió que las villas dejen de tener números y pasen a tener nombres. “Tenemos mucho que transitar, pero la integración se hace respetando la idiosincrasia del otro”, concluyó.
Por otra parte, Marino Sosa pidió que se respete la identidad de quienes viven en las villas y se los deje de llamar villeros. “Para lograr la integración, tiene que haber un cambio de mirada sobre nosotros por parte de la sociedad; porque nosotros no nos pusimos villeros, sino que fue la sociedad quien nos discriminó de esa manera” manifestó. Además dijo que “la integración también va a representar un cambio de nuestra mirada”.
Juan Ignacio Maquieyra expuso algunas ideas para el proceso de integración entre las que se destacan la integración urbana, habitacional y socioeconómica como conceptos distintos; un esquema participativo con le gente y desde la gente; fomentar el diálogo y saldar las deudas pendientes con todas las villas del país; la idea de la integración como superadora de la inclusión y que el Estado se haga cargo de mejorar todo lo que haga falta.
Finalmente, el Padre Gustavo Carrara centró su exposición en dos ejes. El primero tuvo que ver con la valía que hay en los barrios, al expresar que “sería muy malo que no se lograran los caminos reales de integración porque se perdería mucho”. El segundo enfatizó la necesidad de que el Estado sea el motor de la integración socio urbana, al sostener que “se necesita la presencia del Estado en los barrios. Es el que debe tener terminales de decisión y el que debe ser generador de que las familias salgan adelante por medio del trabajo”, concluyó.
En sus palabras de despedida, Amor expresó su orgullo “por estar al lado de la gente que lucha”.
En el encuentro también estuvieron presentes vecinos y miembros de las juntas vecinales de las Villas 21-24, 1-11-14, 20, 31, Playón de Chacarita, Rodrigo Bueno, Piletones y Carbonilla y representantes de la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS), la Secretaría de Integración Social y Urbana, la Asesoría General Tutelar, el Ministerio de Salud porteño, el Ministerio de Desarrollo Social de Nación y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.
