La Educación Sexual Integral es un derecho establecido por la ley nacional 26150 sancionada en 2006 y en la Ciudad de Buenos Aires por la ley 2110 del mismo año, y debe garantizarse en las escuelas de todos los niveles, públicas y privadas, en todo el territorio. Sin embargo, a más de diez años de vigencia de estas normas, todavía no llegó a todas las aulas de la Ciudad.
La Educación Sexual Integral da a niñas, niños y adolescentes las mejores herramientas para poder decidir sobre su sexualidad, entendida más allá de la genitalidad.
También propone el programa más efectivo para cuestionar las desigualdades entre hombres y mujeres, rechazar los estereotipos de género y de esa forma prevenir la violencia y discriminación contra las mujeres, la homofobia y lesbofobia. No podremos dejar de exigir #NiUnaMenos sin Educación Sexual Integral. La Educación Sexual aborda desde el cuidado del cuerpo y la reflexión sobre los roles masculinos y femeninos en nuestra sociedad, así como las formas de prevenir embarazos no planificados e infecciones de transmisión sexual y el derecho a vivir noviazgos libres de violencia.
Por eso, a mayor educación sexual más probabilidades de retrasar el inicio sexual y que cuando se produzca sea con más seguridad, conocimiento, autonomía, libertad y libre de violencia. La Educación Sexual Integral es un derecho de todas las personas. Es hora de que la ley se cumpla.