Tras el compromiso asumido por el Defensor del Pueblo Alejandro Amor con los vecinos del barrio de Mataderos en ocasión de la reunión celebrada el mes de junio, el funcionario dictó la resolución 1224/17 en la que recomendó a los ministros de Desarrollo Urbano y Transporte y de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Franco Moccia y Ángel Petitt respectivamente, que dispongan con la urgencia que el caso amerita las medidas y acciones tendientes a reiniciar y concluir las obras (hoy paralizadas) de recuperación, puesta en valor y remodelación integral del edificio sede del Cine El Plata, ubicado en Av. Juan B. Alberdi 5791, e informen a la institución lo lo actuado a tal efecto.
El reclamo, tramitado por la Dirección de Educación, Ciencia, Cultura y Tecnología de la Defensoría del Pueblo, fue iniciado por la Coordinadora en defensa del Cine El Plata” y la Asociación Amigos del Cine El Plata, organizaciones sociales y culturales que manifestaron que “juntamos más de 10.000 firmas, hicimos docenas de festivales y proyecciones callejeras, apelamos a legisladores y funcionarios del gobierno, hasta que en 2010 el Ministro Hernán Lombardi en persona, gracias a la gestión del empresario Carlos Rottemberg -quien siempre nos brindó su apoyo- se comprometió en persona a la realización de la obra, no sin antes haber obtenido de parte de la Justicia fallos favorables en primera y segunda instancia que obligaba al GCBA a no alterar la estructura histórica y llevar adelante la puesta en valor del Cine (juzgado número 15, expediente 31131/0). Así, en 2011 se inauguró la primer micro sala con 170 butacas, en la antigua súper pullman. En 2012 se paralizaron las obras y un tornado arrasó con los arreglos, de dudosa calidad. De nuevo fuimos a la Justicia y, otra vez mediando su intervención, se emplazó al gobierno a reiniciar las obras. En 2012 se llamó a licitación en lo que se dio en llamar ‘segunda etapa’ con plazo de entrega 2014 y un presupuesto de 25 millones de pesos. En octubre del 2015 se volvió a paralizar la construcción, se cerraron las microsalas que habían tenido un funcionamiento pobre e irregular, y a la fecha todo está en franco deterioro. Entre la primera y segunda etapa se pagaron alrededor de 30 millones de pesos. Lo que no tiene ni precio ni mensura es que en estos 10 años toda una generación de jóvenes no tuvo acceso a un espacio de cultura. En nuestra comuna se da la particularidad de que existen 3 escuelas medias de arte, Danzas, Plástica y Teatro, cada fin de ciclo andan mendigando escenarios para realizar sus muestras artísticas”.
En ese contexto, profesionales de la Dirección de Asistencia Técnica en Arquitectura y Urbanismo de la Defensoría del Pueblo realizaron un relevamiento del espacio en el constataron que las obras de «Recuperacion y Remodelación Integral» del inmueble previstas en la Licitación Pública 1857/12 se encuentran paralizadas.
Ahora, vecinos/as y organizaciones sociales y culturales del barrio de Mataderos aguardan que las dependencias intervinientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires brinden respuesta a la recomendación formulada por la Defensoría del Pueblo y pueda recuperarse este espacio. Tal como expresó Amor, “defender el patrimonio histórico es defender nuestra identidad. Cuando desaparecen espacios como estos perdemos nuestros derechos. La cultura es probablemente el eje que marca las diferencias. Hay una diferencia entre los que están a favor de la historia y la cultura para transformar el futuro y quienes le dan prioridad a los negocios inmobiliarios. Lo que no se negocia es la identidad y la cultura. Y yo creo en la historia y la cultura”.