«La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires se creó luego de sancionada la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, en 1998. Cumple un rol fundamental dentro del sistema democrático porque es un organismo estatal, pero autónomo e independiente del gobierno de turno», sostuvo el Defensor del Pueblo Alejandro Amor. «Su función es difundir, controlar, defender y garantizar el cumplimiento de los derechos de quienes viven, trabajan o transitan por la Ciudad de Buenos Aires. Tiene el deber de ponerse al frente de los problemas de la gente e intentar solucionarlos, y ayudar a que toda la población conozca cuáles son sus los derechos y las herramientas que tiene para hacerlos valer».
«Desde la Defensoría del Pueblo creemos que los problemas no son ni grandes ni chicos, sino que tienen la trascendencia e importancia que les dan las personas que los padecen y por eso asumimos con la misma responsabilidad la denuncia por una vereda rota como la de un jubilado que quedó afuera de la tarifa social. Estamos convencidos de que podemos vivir mejor y ese es un esfuerzo que tenemos que hacer entre todos. Creemos en la necesidad de hacernos cargo de los problemas, pero necesitamos saber qué está ocurriendo en tu cuadra, en tu edificio, en el camino al trabajo, en tu trabajo, en el hospital, en la escuela. La Defensoría del Pueblo es un organismo fundamental porque reafirma la democracia, fortalece la ciudadanía, educa sobre el ejercicio de los derechos y también las obligaciones. Acercate a la Defensoría, llamanos, contá con nosotros. Si te discriminan, te maltratan o te niegan un derecho tenés quien te defienda», puntualizó.
