El propósito de la campaña es reflexionar sobre aquellos gestos cotidianos machistas, esos que suceden todos los días, pero que habitualmente justificamos, minimizamos o ni siquiera notamos que existen.
«¿Qué sucede si un padre tiene que cambiarle el pañal a su bebé en un baño público? ¿No es hora de que haya cambiadores en baños neutrales o también en los baños de varones? ¿Te podrías haber sentado en el transporte público si algún varón cerraba un poco las piernas? ¿O creés que ella hubiese estado más cómoda si vos cerrabas un poco tus piernas? ¿Por qué siempre la cuenta o la carta de vinos se le dan al varón? ¿Creés que siempre debe naturalizarse que la cuenta la pague el hombre? Y, además, ¿eso es algo que debe determinarlo el/la mozo/a?» son algunas de los interrogantes que la propuesta plantea.
En el mes de octubre, el Programa de Estudio, Investigación y Opinión Pública que funciona en la Unidad de Política Institucional de la Defensoría había realizado un Estudio sobre verbalizaciones que denotan micromachismo sobre la base de 1796 personas encuestadas en las redes sociales de la institución, que fueron indagadas para conocer el grado de permeabilidad y/o circulación que hay en la sociedad en relación a ciertas expresiones verbales que denotarían “micromachismos”, ya sea en forma activa (haberlas dicho o pensado) o pasiva (haber sido destinataria/o o haberlas escuchado).
Sobre la Fundación Catalejo
Es una organización sin fines de lucro, independiente y transversal, que promueve los derechos de las mujeres y de las mujeres trans, a través de la promoción de acciones de incidencia y de la generación de estudios y programas, que aportan activamente a la construcción e implementación políticas públicas en materia de género para una mayor igualdad y equidad en los ámbitos de la educación, lo laboral, lo social y lo político.