Al formular el requerimiento se le informó a la empresa que el uso de esos dispositivos vulnera lo establecido por la ley 14346 de condena al maltrato y los actos de crueldad contra los animales, el artículo 27 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires que establece la protección y el respeto a la vida de la fauna urbana, y artículo 58 del Código Contravencional que también sanciona el maltrato animal.
De igual forma, infringen cuatro de las cinco condiciones básicas que aseguran el bienestar de los animales de acuerdo a la International Coalition for Farm Animal Welfare (ICFAW).
Mercado Libre accionó de inmediato al requerimiento de la Defensoría y eliminó estos productos de su plataforma.
Como parte de la intervención se buscó previamente el asesoramiento de la Cátedra de Bienestar Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias (Universidad de Buenos Aires), la Cátedra de Derecho Animal de la Facultad de Derecho (Universidad de Buenos Aires), el Instituto de Derecho Animal del Colegio Público de Abogados, la dirección de Productos Veterinarios del Senasa, el Consejo Profesional de Médicos Veterinarios, la Asociación de Etología Clínica Veterinaria Argentina (AECVA), la Asociación de Veterinarios Especializados en Animales de Compañía de Argentina (AVEACA), la Federación Iberoamericana de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (FIAVAC), la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, la Federación Veterinaria Argentina y la Sociedad de Medicina Veterinaria.
Las instituciones consultadas se pronunciaron en contra del uso de estos collares por considerarlos peligrosos para la salud psíquica y física de los animales y los riesgos que representan. Entre ellos, fisiológicos (aumento de cortisol salival y de la frecuencia cardíaca, quemaduras intensas con necrosis de la piel) y de comportamiento (estrés, angustia, trastornos de ansiedad, casos de agresiones hacia las personas y disminución de la calidad de la relación del perro con su dueño/a).
Además, su utilización podría generar situaciones de abuso y de intolerancia a las descargas. Dado que la mayoría de estos productos están diseñados para animales de más de cinco kilos, resultan peligrosos para cachorros de menos de seis meses o perros pequeños.
La intervención del organismo responde a la necesidad de contribuir con la promoción de acciones orientadas al bienestar animal y la convivencia responsable con los animales de compañía.