Aprobada por la UNESCO, la jornada tiene la finalidad de concientizar y visibilizar estas expresiones de violencia entre pares que incluyen agresiones repetidas y sistemáticas, verbales, físicas y psicológicas, para intimidar, hostigar y exponer a la víctima.
Si bien suele darse en el ámbito escolar, también ocurre en otros espacios de interacción, incluido el entorno virtual (ciberacoso o ciberbullying). Efectivamente, el aumento de la vida digital trajo aparejado una mayor visibilidad y repercusión de estos sucesos a causa de la viralización, por eso es imprescindible tener en cuenta que esta modalidad de acoso provoca un gran daño.
Por otra parte, se recuerda que los adultos familiares tienen un rol central ya que son el primer modelo de socialización y un pilar fundamental para prevenir estas conductas abusivas. Deben informarse, involucrarse y denunciar estas situaciones y acompañar la construcción de relaciones saludables.
La Defensoría trabaja a diario para la prevención de estas conductas, con el fin de que el entorno digital sea un espacio libre de violencias y de tolerancia hacia la diversidad. Las diferencias culturales o de género, la orientación sexual, la nacionalidad, la religión y las discapacidades no deben ser factores que dividan. Se trata de rasgos que deben ser tomados de manera respetuosa por la comunidad escolar.
Si los hechos suceden en el entorno digital, recordá: bloquear al acosador y reportar su comportamiento ante la propia plataforma, que tiene la obligación de garantizar la seguridad de los usuarios. En paralelo, es conveniente tomar capturas de pantalla como un modo de dejar constancia de lo ocurrido. No realices “escraches”.
Si vivís alguna situación de estas características, podés consultar el caso con la Defensoría o llamar a la Línea 102, de asesoramiento gratuito sobre los derechos de los niños y niñas de la Ciudad.
