La pandemia nos ha dejado personas contagiadas y también fallecidas. Un gran dolor. También nuevas formas de conducta que probablemente queden algunas de manera permanente.
Decía Leopoldo Marechal que “los pueblos suelen arrojar al mar botellas con mensajes de esperanza para las generaciones futuras”. Tal vez ya sea hora de abrir algunas de esas botellas porque seguro que allí estará el mensaje para vivir desde el año 2021 en adelante con la convicción de ser más solidarios, de honrar la vida, de estar siempre dispuestos a dar y a escuchar.
La pobreza no es irremediable. Se revierte. El odio no es una condición sino una construcción que se puede derribar. Convivir no es un imposible. Es la verdadera razón para tener un destino común de respeto y comprensión. En esas botellas están estos mensajes. ¡Busquémoslas! ¡Abrámoslas! Y entonces sí, digamos con decisión Feliz Año Nuevo 2021, punto de partida de un camino conjunto desde nuestra diversidad, pero sostenido no solo por la esperanza sino fundamentalmente por el compromiso de querer vivir y convivir con respeto, compromiso y solidaridad.
Nadie se salva solo ni construye su futuro de manera individual. El destino común es una construcción colectiva. ¡Estamos en marcha!
Alejandro Amor
Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires