Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) sufren especialmente la contaminación acústica causada por los fuegos artificiales, ya que les genera angustia y ansiedad, los tensiona y provoca en ellas conductas estereotipadas y repetitivas. En ocasiones, su mayor sensibilidad auditiva los lleva a tomar una actitud agresiva como forma de manifestar la molestia y llegan, incluso, a autolesionarse.
Las personas mayores y las convalecientes padecen especialmente la contaminación acústica causada por los fuegos artificiales ya que, generalmente, interrumpe sus horas de sueño y descanso y les provoca tensión y sobresaltos. Quienes tienen Alzheimer, además, sufren padecimientos adicionales como desorientación, nerviosismo e insomnio.
Las y los recién nacidos, los bebés y la niñez en general padecen la contaminación acústica causada por los fuegos artificiales ya que, además de asustarlos y estresarlos, generalmente interrumpe sus horas de sueño y descanso y les provoca tensión y sobresaltos.
Nuestras mascotas tienen una capacidad auditiva mayor que la de los seres humanos. Debido a eso, sufren mucho los estruendos provocados por los fuegos artificiales ya que estos afectan sus sentidos, las perturban y atemorizan e, incluso, les pueden causar la pérdida de la audición y ponerlas agresivas con las personas que las rodean. Los animales silvestres también los padecen y, al igual que perros y gatos, pueden llegar a morir por paros cardiacos o atropellados al escapar a raíz del miedo generado por las explosiones.
Por eso #SeamosResponsables. En estas fiestas no uses pirotecnia. #HaceloPorEllxs y sumate a nuestra campaña #MásLucesMenosRuido