Ángel era un adolescente trans que en sus cortos años de vida atravesó una fuerte lucha por garantizar sus derechos fundamentales, entre ellos su identidad de género. En este camino el Programa de Atención a la Niñez, Adolescencia y Género, el Programa de Diversidad Sexual y la Adjuntía a cargo de Barbara Bonelli de esta Defensoría lo estuvo acompañando, junto con distintos organismos.
Creemos que esta tragedia podría haberse evitado si Ángel y su familia no viviesen en una situación de extrema precariedad y pobreza. Lamentablemente, no son los únicos en nuestro país que se viven en condiciones similares.
Desde la Defensoría expresamos la necesidad de que la población de mayor vulnerabilidad encuentre de una manera más digna la garantización de sus derechos, entre ellos la vivienda.
Solicitamos también a todos los medios de comunicación que publiquen la noticia que respeten su identidad y se refieran a él con el nombre con el cual se identificaba: Ángel Palacios.
