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La violencia de género durante la pandemia de COVID-19

En el marco de las actividades que están desarrollando la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO) y la Red de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos del Continente Americano (RINDHCA), el lunes 8 tuvo lugar el webinario “La violencia de género durante la pandemia de COVID-19”. 

Con la participación especial de Alejandra Mora, secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos; estuvieron presentes Cecilia Bernuy en representación de la RINDHCA; Carmen Comas Mata-Mira en representación de la FIO, y la Ararteka adjunta del País Vasco, Julia Hernández, como moderadora. El eje principal fue cómo la crisis de la pandemia profundiza las desigualdades de género, principalmente la violencia.

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires participó de la actividad, junto a miembros de otras Defensorías del Pueblo de América latina y Europa.

La intervención de Alejandra Mora partió de la publicación “COVID-19 en la vida de las mujeres, Razones para reconocer los impactos diferenciados”, recientemente elaborada por la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA y a la que pueden acceder ingresando aquí.

Entre otras cosas, Mora manifestó que el «quedate en casa» las mujeres lo escuchan desde que son niñas, desde siempre y que, si antes de este tiempo de confinamiento las mujeres tenían a su cargo –según la OIT– el 76,2 % de todas las horas del trabajo de cuidado no remunerado (más del triple que los hombres), en el momento que atravesamos ese porcentaje aumentó. Además mencionó la situación de las mujeres cuando son jefas de hogar y no trabajan, que en muchos casos no les llega una renta con que poder sostener esos hogares, cuyos problemas claramente se acrecientan ante la crisis del COVID-19.

También se mencionaron los problemas que trae el confinamiento, sobre todo en relación a la violencia,cuyos patrones se acentúan durante el período de aislamiento social. Sin embargo, tanto Mora como las Defensorías participantes señalaron que, por fuera de los casos que todos los días se conocen de femicidios (el extremo de la violencia de género) en muchos países no han aumentado las denuncias de violencia no porque no las haya, sino por el temor que tienen las víctimas en denunciar, cuando no pueden salir del mismo espacio que comparten con la persona que las violenta, o no pueden acercarse a los centros de atención por las distancias y los impedimentos para usar el transporte público. En muchos casos, el violento es además quien lleva un salario al hogar, por ende, quien lleva la comida para los niños, y el temor a denunciarlo puede ser mayor por eso.

También en relación a esto, Mora se refirió al problema de que en muchos lados siga habiendo una dicotomía entre lo público y lo privado, y el hecho de pensar que la violencia puertas adentro del hogar sea un asunto privado.
Por otro lado, se hizo hincapié en la necesidad de fortalecer los albergues y casas de acogida, algo en lo que muchos estados ya están trabajando. Se mencionó como una acción positiva e importante la política del «barbijo rojo» instalada en Argentina, para que las mujeres puedan acercarse a las farmacias a pedir ayuda solicitando un barbijo rojo como clave.

Asimismo, se habló sobre avanzar en la igualdad en política, que no debe tomarse solo en el aspecto de cupo en las listas electorales sino también en los lugares que ocupan las mujeres en esas listas de cargos electivos, y así avanzar en equidad en los cargos políticos. En relación a esto ejemplificó con que en la mayoría de los países de la región, los cargos de Ministro de Salud son ocupados por hombres, cuando las mujeres son las que más afectadas se ven y hacia quienes hay que tener más políticas en salud pública. En ese sentido, Mora definió que el concepto de paridad no es solo numérico, también tiene que ver con la inclusión de la agenda de las mujeres; violencia politica, etc. En relación a los procesos electorales, se manifestó la preocupación por la participación de las mujeres y en cómo garantizar que las mujeres ocupen lugares en las listas; que la paridad no siga teniendo tantas trampas, ya que paridad política es también paridad en los encabezamientos. También aquí se mencionó con preocupación el problema de los lugares en los que se privilegia el derecho a la reelección de un hombre antes que la inclusión de mujeres y la renovación de funcionarios/as.

Igualmente, destacó que en general las mujeres lideran la agenda de lo que se consideran derechos específicos del colectivo de mujeres, pero que aún hay mucho terreno en el que pueden meterse y deben animarse a hacerlo.

Distinguió como elementos positivos del liderazgo de mujeres el hecho de que en los países donde hay presidentas o primeras ministras mujeres son reconocidos por haberse realizado un buen ejercicio durante la pandemia. Relacionó a ello algunas características que las mujeres suelen tomar más en sus manos, como la empatía en tareas de cuidado, que influyen en las medidas que se toman ante crisis como las que atravesamos.

A nivel salud se refirieron a que en la región de América latina se está por detrás en materia de salud sexual reproductiva; que las mujeres en general tienen mayores impedimentos para acceder a la medicina crítica; y que estos son aspectos que deben tomar en sus manos los distintos gobiernos. Por otra parte, se decía que las mujeres éramos las menos afectadas en términos numéricos de infectados, pero el impacto que trae la crisis del COVID-19 sobre la vida cotidiana de las mujeres es enorme y mayor que el que trae en la cotidianidad de los hombres.

Para finalizar, se hizo mención a las ventajas que trae el teletrabajo para las empresas, que trasladan los costos de las oficinas a las casas: tales como electricidad, el uso de computadoras, del teléfono y de Internet, etc. En ese sentido, es evidente que el teletrabajo podría ser parte de una realidad nueva, que afecta distinto a hombres y mujeres, triplicando o cuadriplicando la jornada de estas últimas, siendo por ello necesario regularlo.

La Defensoría también participó de la actividad “Derechos de la Mujer: desafíos y oportunidades” en el marco del Ciclo Diálogos en Pandemia-Derechos a Debate, organizado por Fundación COEPIO, la Alianza Global del Ombudsman Local, la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Rio Cuarto y el Instituto Latinoamericano del Ombudsman.

El evento contó con la moderación de Dolores Gandulfo, directora ejecutiva de la Unidad Política Institucional de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Participaron del mismo Mercedes D’alessandro, directora nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación; Eva Abellán, Síndica de Greuges de Sabadell y vicepresidenta de la Alianza Global del Ombudsperson Local; Catalina Crespo Sancho, Defensora de los Habitantes de Costa Rica; y Nashieli Ramirez, presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de la Ciudad de México.