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La pobreza en el contexto de COVID-19. Informe del ODS1 y respuesta ante la crisis en CABA

El material fue elaborado por el Consejo de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo en el marco del Programa de Seguimiento y Monitoreo de la Agenda 2030 en la Ciudad.

El fin de la pobreza es uno de diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que componen la Agenda 2030. En 2016, el GCBA asumió el compromiso con Naciones Unidas de implementar estos objetivos en sus políticas públicas y su plan de gobierno. En base al indicador propuesto por Naciones Unidas sobre cantidad de hogares y personas que viven por debajo de la línea de pobreza e indigencia, a través de este Informe de monitoreo, se dio seguimiento a la situación de la pobreza y la indigencia en la Ciudad desde que el GCBA se comprometió a su cumplimiento en 2016 hasta fines de 2019, datos que nos permitieron analizar cómo se encontraba la Ciudad cuando comenzó la pandemia. A 2020 la tendencia hacia la disminución de este flagelo y el logro de este ODS ha sido a todas luces, negativa.

La pandemia llegó a la Ciudad con índices de pobreza e indigencia preocupantes. Los hogares con ingresos bajo la línea de pobreza ascendieron desde representar el 12,7% del total en 2016 a 14,8% en 2019, y las personas comprendidas en los mismos se acercaron a casi el 20%. Mientras que los indigentes también crecieron hasta representar en 2019 el 4% de los hogares y el 5,5% de las personas. En términos absolutos, el total de hogares pobres aumentó de 166.000 en 2016 a 191.000 en 2019, incrementando su número en 25.000, y los hogares indigentes aumentaron de 44.000 a 51.000, es decir que en el mismo período hubo en CABA 7.000 hogares indigentes más. Si tomamos en consideración la cantidad de personas pobres e indigentes, en el tercer trimestre de 2019 un total de 595.000 eran pobres y 169.000 personas eran indigentes. Todo indica que los efectos del coronavirus sin duda están haciendo subir estos guarismos en 2020.

En el informe se analizan las principales políticas de apoyo económico hacia las poblaciones más vulneradas de la Ciudad, la respuesta del GCBA a la crisis generada por COVID-19 y los aportes a la mayor efectivización de derechos durante la pandemia que se lograron en la Ciudad a través de decisiones judiciales.

En base al diagnóstico aún más profundo y grave que dejará la crisis de COVID-19, el Gobierno y los distintos actores públicos y privados relevantes deberán diseñar estrategias para superar los efectos devastadores de la pandemia. La Agenda 2030 debe ser empleada como una hoja de ruta para superar la crisis derivada del coronavirus y encaminar los esfuerzos del Gobierno hacia un desarrollo sostenible e inclusivo respecto de los grupos más vulnerados. En ese diseño consideramos que la Agenda traza un decálogo de lineamentos centrales que deben considerarse como ejes medulares para responder al problema de la pobreza y la indigencia desde un enfoque de sostenibilidad y derechos humanos.

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