Las crecientes denuncias de abuso y acoso sexual en el ámbito artístico han vuelto a visibilizar y poner en la agenda pública las innumerables situaciones de violencias sufridas de manera cotidiana por las adolescentes y las mujeres a nivel mundial. Por si fuera poco, las expresiones misóginas y machistas que circulan con frecuencia en los medios de comunicación, en particular algunos programas televisivos, ponen de relieve el profundo problema cultural que afrontamos como sociedad. Naturalizar las violaciones, o cualquier otro tipo de agresión sexual, culpabilizar a las victimas por su forma de vestir o de caminar, siguen siendo respuestas habituales que escuchamos todos los días y que son escuchadas por millones de personas. Por ello es necesario profundizar las acciones, las políticas y los programas de concientización.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad reitera su apoyo hacia todas las victimas de violencia que quieran expresarse y efectuar las quejas y denuncias que correspondieren. El Centro de Atención de Niñez, Adolescencia y Género de este organismo, a cargo de Maria Elena Naddeo, brinda asesoramiento contención y acompañamiento a quienes así lo requieran en materia de violencias y discriminación de género. Contamos además con un Programa de talleres y cursos en prevención de las violencias y capacitación en Genero y Derechos Humanos – de inscripción libre y gratuita – , realizados tanto en la sede central como en diversas comunas de la Ciudad y comedores, escuelas y lugares que lo soliciten.
Frente a los muy importantes debates que se están realizando en estos momentos acerca de la necesidad de poner fin a la violencia machista hacemos nuestras aquellas preclaras palabras de Simone de Beauvoir escritas a mediados del siglo XX, y que expresan con particular profundidad el anhelo de una sociedad libre de violencia y en plena igualdad entre los géneros: «El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.»