El proyecto oficial apunta a que los vecinos reemplacen estas bolsas por otras reutilizables o por changuitos para hacer las compras, para lo cual el Ministerio de Ambiente y Espacio Público anunció que llevará adelante una campaña de promoción que incluye la distribución de 1 millón de bolsas reutilizables.
La medida resulta apropiada si se tiene en cuenta que actualmente se reparten más de 500 millones de bolsas plásticas livianas por año sólo en los supermercados, hipermercados y autoservicios. Esta inmensa cantidad de plástico tarda cientos de años en degradarse y, de diferentes maneras (taponando desagües, contaminando las aguas de los ríos y del mar, etcétera), contaminan el ambiente común de la ciudad y comprometen la salud ambiental de las próximas generaciones.
No obstante ello, es necesario destacar que no basta con prohibir la distribución de un producto contaminante. Es imprescindible, además, la concientización de la ciudadanía, el desarrollo de la infraestructura en la cual depositar la basura y brindar verdadero respaldo estatal a quienes se ocupan del 30% de los residuos de la ciudad, los llamados “residuos secos” o reciclables. A su vez, es necesario que el Estado local mejore el control sobre las empresas que generan residuos contaminantes y sobre los grandes generadores de residuos.