Bandera Argentina
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Jornada de Protección de Derechos del Parto y Nacimiento

El Programa de de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría y la organización Parir y Nacer -conjuntamente con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos- realizaron ayer una jornada para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre.

Científicos, epidemiólogos, antropólogas, líderes políticos y activistas se dieron cita en este encuentro, donde el tema central fue la tendencia creciente de las cesáreas, con el objetivo de planificar una acción concertada y comprometida para con las mujeres y su salud. En este marco participaron representantes de las áreas de Salud de CABA y Nación, así como también autoridades adjuntas de la Defensoría del Pueblo porteña.

La epidemia de cesáreas innecesarias en todo el mundo es un hecho estudiado desde hace varias décadas por la comunidad científica. En la actualidad, gracias a la epidemiología se conoce su magnitud en cifras aproximadas. Se estima que la tasa actual de cesáreas excede el 30% con variaciones crecientes alarmantes, mientras algunos países alcanzan niveles por encima del 50%. Se conoce además que, a nivel privado, el porcentaje es considerablemente mayor.

La región de Latinoamérica y el Caribe tiene un 40,5 % de intervenciones con incrementos anuales de un 2% según los epidemiólogos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otra parte y teniendo en consideración los grandes avances, la ciencia desconoce las consecuencias tendrá este hecho en la salud de las mujeres y la sociedad. Se espera que, en breve, la mitad o más de los alumbramientos sean a través de esta cirugía y no de forma natural. La Argentina está entre los países que lideran esta tendencia creciente y aparentemente inevitable.

Los epidemiólogos José Belizán y Fernando Althabe, integrantes del Instituto de Eficiencia Clínica y Sanitaria (IECS), consideran preocupante la epidemia de cesáreas innecesarias en la Argentina. Althabe, también oficial médico en el Programa de Reproducción Humana del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación de la OMS, plantea cuatro elementos que muestran las características de los países de ingresos medios que poseen las tasas de cesáreas más bajas:

1) La organización de los cuidados para la atención del embarazo y parto están bajo la responsabilidad y el poder de decisión de las parteras o licenciadas en obstetricia.  Se trabaja en equipo para lograr que la mujer confíe en la institución. Los médicos sólo intervienen cuando se complica el parto. En la Argentina, la Maternidad Estela de Carlotto trabaja en esta línea.

2) Hay valores claros y coincidentes en todo el personal que interviene en un parto que tiene la mirada centrada en las mujeres. Se trabaja en base a un cuerpo sano, empoderado y con todas las posibilidades de atravesar un parto.

3) Las mujeres tienen conciencia clara de sus derechos reproductivos de los cuales son informadas por las autoridades del sistema de salud y género que tiene en cuenta sus creencias y valores.

4) Estos sistemas de salud son públicos con un nivel de atención que se equipara o supera las instituciones privadas que ofrecen servicios similares.

Ana Pilar Beltrán, del Departamento de Salud Reproductiva de la OMS, también estuvo presente en las jornadas, declaró la importancia de abordar la situación de las cesáreas en la Argentina y ofreció su participación, al igual que los investigadores del IECS, para sumarse a la mesa de trabajo.

En esta línea, durante la jornada se presentaron las experiencias de la Maternidad Estela de Carlotto y la del equipo Nuestras Parteras, con modalidades transformadoras que se ven reflejadas en la baja tasa de cesáreas.  Ambas presentaciones mostraron de manera muy sólida su tarea, enfocada desde el paradigma de los derechos humanos, centrada en las mujeres y en la cual las parteras en el área asistencial cuentan con un rol protagónico.

En la Argentina el ejercicio de la obstetricia, que pone el eje en las mujeres y sus hijos e hijas, es resistido a través de obstáculos institucionales que dificultan la atención de la familia que se prepara para dar a luz. Dado el marco normativo, las obstétricas se ven limitadas en la toma de decisiones desde el punto de vista legal, al intentar cambiar la organización del sistema de atención.