El encuentro -que se llevó a cabo en el salón auditorio de la sede central de la Defensoría ubicada en Avenida Belgrano 673- contó con un panel de expositores integrado por el Defensor del Pueblo, Alejandro Amor; la Defensora Adjunta, María América González; el director de Seguridad de Trabajo de la institución, Mauro Posada; el ex director nacional de Fiscalización del Trabajo, Guillermo Zuccotti; el ex ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Oscar Antonio Cuartango; y el abogado laboralista y docente de la carrera de Relaciones del Trabajo de la UBA, Gustavo Ciampa.
El Defensor se refirió a la situación del empleo en la actualidad y manifestó que: “Para nosotros, gobernar es fundamentalmente crear trabajo. Estamos en un mundo en el que cambió la concepción del Estado y vamos y venimos con distintos tiempos y modelos que tratan, en algunos casos, de ampliar más la flexibilización laboral y, en otros, de recuperar un rol que es el de la protección del trabajo y la generación del empleo”.
Asimismo, el Defensor del Pueblo porteño aseveró que desafortunadamente la lógica que se viene implementando es la de reforzar el individualismo de las organizaciones sindicales y discutir el mayor fortalecimiento de su propia paritaria, pero no la de pertenecer a la Confederación General del Trabajo (CGT) y a una central del movimiento obrero organizado en unidad. “Esta situación debilita hasta al más fuerte de los sindicatos”, sentenció.
“La única forma de la defensa y del avance hacia la consolidación de más derechos para los trabajadores y trabajadoras de la Argentina es la unidad monolítica del movimiento obrero y de todos los dirigentes”, concluyó Amor.
La apertura del evento estuvo a cargo de la Defensora Adjunta María América González, quien expresó: “Creo que el método del Dios mercado, que comenzó en década del 90 con Domingo Cavallo, sirvió para intentar destruir a la comunidad del trabajo que son los trabajadores unidos a través de las asociaciones sindicales, que es de la única manera que haya una reivindicación laboral o social que sea solidaria para el conjunto”.
Por su parte, Mauro Posada aprovechó la oportunidad para presentar la segunda edición de la Guía Básica de Derechos Salud y Seguridad en el Trabajo de la Defensoría. “Es necesario la presencia activa del Estado en los ámbitos laborales y la fiscalización en el momento y en el lugar donde los riesgos están presentes. Además de las adecuadas medidas de seguridad que tienen que tomar las empresas”, acentuó.
A continuación, Zuccotti consideró que si los accidentes laborales fueran correctamente reparados o bien prevenidos “no estaríamos hablando de insuficientes reparaciones ni discutiendo de parches a una ley que repara mal y no previene”. Y agregó que: “Los trabajadores argentinos no tienen la culpa de que durante la década nefasta, en la que se promovió la privatización de todos los sistemas de seguridad social, se haya hecho una ley a medida de organizaciones con fines de lucro que sirven exclusivamente para cobrar un seguro”.
En tanto, Cuartangno hizo una reseña de la evolución de la legislación sobre los derechos de los trabajadores desde 1905 hasta la creación de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo y habló acerca de los cambios en los litigios y la siniestralidad laboral. “Cuando nos referimos al concepto de salud y seguridad estamos hablando de la integridad física y de la vida de personas. No se puede hacer un enfoque economicista ni se lo puede dejar librado a los avatares del mercado, sino que se lo tiene que enfocar con una gran sensibilidad humana y social, porque una vida o una discapacidad producto de la no prevención no tiene precio y no puede ser compensada con dinero”, manifestó el ex ministro de Trabajo bonaerense. Al finalizar su disertación, deparó que “en este sentido, no tengo dudas de que cuando se revisen los indicadores de los últimos tiempos vamos a tener una disparada de la siniestralidad y la mortalidad laboral por falta de controles. No hay otra forma de reducir la siniestralidad que la prevención, con un estado presente que controle y fiscalice”.
Por último, Ciampa explicó el criterio de trabajo digno y puntualizó que se alude esencialmente al respeto a la dignidad en las relaciones laborales y a los derechos adquiridos de los trabajadores. A su vez, opinó que en la actualidad “no se considera al trabajador como a una persona que tiene derechos, sino que pasa a ser materia prima descartable de un proceso o producto” y que: “Los lineamientos ideológicos, laborales y económicos del presente gobierno van en el mismo sentido que los de la dictadura y los de la década del 90”.
