El documento “Tiempo de parir en pandemia” fue elaborado por la Mesa de Trabajo de Protección de Derechos del Parto y Nacimiento Respetado de la institución con la finalidad de verificar la existencia de brechas entre la normativa vigente y la realidad cotidiana del sistema de salud tanto público como privado de la Ciudad de Buenos Aires.
En este sentido, se pudo verificar el aumento de cesáreas y otro tipo de intervenciones innecesarias hasta alcanzar, según la información disponible del subsector público, el 37% de los partos en 2020, un 12% más con respecto a las cifras de hace tres años.
Por otra parte, los especialistas integrantes de la mesa observaron un incremento en los nacimientos de lunes a viernes y una disminución durante los fines de semana, especialmente en el subsector privado. Esta situación evidenciaría una mayor programación de los partos y nacimientos.
Sobre el impacto del COVID-19 en mujeres embarazadas y personas gestantes, el informe advierte que no se deben aumentar las inducciones de partos ni las cesáreas médicamente innecesarias hasta tanto no existan evidencias científicas que las justifiquen. Asimismo, se destaca la importancia de garantizar el derecho de las embarazadas a contar con la compañía de una persona afectivamente cercana durante el proceso del parto y nacimiento, con las precauciones y protocolos adecuados y necesarios para resguardar la salud de pacientes y profesionales.
Finalmente, el documento da cuenta del monitoreo llevado adelante por personal de la institución sobre la atención a pacientes durante el embarazo y los períodos de preparto, parto y postparto en los hospitales públicos porteños. Al respecto se pudo comprobar la existencia de una serie de dificultades de asistencia, situación que motivó el lanzamiento de una campaña de difusión sobre los ejes centrales de la ley de parto respetado y la apertura de un canal de comunicación para la recepción de consultas y denuncias.
Con la convicción de que el parto no es una enfermedad, la Defensoría del Pueblo llama la atención sobre la necesidad de evitar situaciones de violencia obstétrica, avanzar hacia maternidades de baja complejidad y garantizar la no separación del binomio madre-niño y la disponibilidad de infraestructuras de salud que permitan la privacidad durante el parto.