Promediando el año y ya muy próximos al receso invernal, finalmente se ha llegado a un acuerdo entre el gobierno bonaerense y el gremio docente de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el reclamo por una Paritaria Nacional Docente, no ha sido resuelto aún. Si bien, el acuerdo de la Provincia de Buenos Aires genera un precedente para el resto de las paritarias, tanto docentes como del resto de los gremios; la paritaria nacional docente es el ámbito donde las diferencias inter-jurisdiccionales pueden reducirse y así lograr salarios y condiciones laborales más homogéneas a nivel nacional. La Paritaria Nacional Docente es un derecho establecido para los Docentes en la Ley 26.206 de Educación Nacional, así como una garantía para los gremios en la Constitución Nacional.
Esta institución, la Paritaria Nacional Docente, ha sido la principal herramienta que ha permitido generar una reducción en la brecha de desigualdad salarial jurisdiccional docente con el financiamiento nacional del incentivo docente y la compensación salarial docente.
En particular, el reclamo de los gremios docentes, apunta a mantener el poder adquisitivo del salario. El salario en términos reales, es decir, su valor en cuanto a la conversión del ingreso monetario en bienes y servicios; ha de mantenerse constante en el tiempo, de manera de asegurar estabilidad en la provisión de bienes y servicios para la unidad familiar. Es por ello, que el reclamo más escuchado del gremio docente apunta a tener paritarias que al menos compensen la pérdida del poder adquisitivo del salario, en términos de la inflación acaecida en el territorio nacional para el período considerado.
Es por ello, que el propósito de este artículo es realizar comparaciones sencillas de la evolución de las paritarias docentes, por un lado; y de los niveles de inflación y del salario mínimo vital y móvil, por el otro. De esta manera podemos evaluar, en términos reales, la evolución del salario docente.
A continuación, vemos en un gráfico la evolución de las variables inflación y paritaria docente, desde el año 2011 al 2017. El pasado martes 4 de julio, los docentes bonaerenses aceptaron finalmente la última oferta presentada por el gobierno bonaerense el 28 de junio. De esta manera, la oferta recibida y aceptada por el gremio docente bonaerense, consiste en un aumento del 21,5% en cuatro tramos para este año, junto con un 2,5% de reconocimiento por la pérdida del poder adquisitivo del salario durante el año 2016, que cerró con un 40.3% de inflación. Además como parte de la recomposición salarial de 2016, el gobierno bonaerense no descontará los tres adelantos que hizo este año a cuenta de los futuros aumentos, por lo que los gremios estimaron que la oferta global ronda el 27 por ciento. Según lo trascendido en los medios de comunicación, se recalcó que “se consolida el salario básico del 2017 en un 24% (21,5% más porcentaje de recomposición salarial 2016) y que es lo que se toma para calcular antigüedad, plus por enseñanza y por función, entre otras” (según declaración de Mirta Petrocini, Presidenta de la Federación de Educadores Bonaerenses).
Por primera vez desde que se iniciaron las paritarias, los gremios resolvieron que esta oferta, la décima que hacía el gobierno, fuera sometida a la consulta de los docentes, sin rechazarla en forma unánime. La forma en la que se ha de contabilizar el incremento del 21.5% previsto para el 2017 ha de ser; enero a 4.5% que llega a 6.3% en marzo; 11% en abril y 21,5% en septiembre. Además incluye la denominada cláusula gatillo para revisar los salarios de acuerdo al índice de inflación que se pondrá operativa en julio y diciembre próximo. La inestabilidad propia de los tiempos previos a las elecciones en algunas de las variables económicas más importantes, han empezado a generar múltiples escenarios inflacionarios para fines de éste año. El último incremento de los combustibles, así como la escalada de los últimos días del tipo de cambio de nuestra moneda con respecto a la moneda estadounidense; generan expectativas de mayor nivel de inflación para este año, por la repercusión que suelen tener las variables antes mencionadas, sobre las cadenas productivas y su traslado a precios. No obstante lo anterior, no hemos de basarnos en las expectativas del mercado para la previsión de la inflación del corriente año, sino que tomaremos como referencia el último valor publicado por el IPC Congreso, que asciende a un nivel de 25.2% para el 2017.
Gráfico Nº1: Evolución de la Inflación y Paritaria Docente entre 2011-2017
En el transcurso de los años analizados podemos ver que hubo algunos en los que la negociación por paritaria arrojó un incremento del salario testigo mayor que el nivel de inflación, así como hubo otros en los que fue por debajo de la evolución del índice de precios al consumidor. Esto puede ser visto de manera clara en el Gráfico Nº2. Los años 2011, 2012 han sido años donde el salario docente le ganó levemente al crecimiento del nivel de precios, por lo que esto significó una mejora del salario real. Sin embargo; 2013, 2014, y 2016 han sido años donde el salario real docente ha perdido capacidad de compra. La negociación reciente arroja para el 2017, una ganancia del salario con respecto a la inflación esperada. Hemos de remarcar que, dentro del 27.4% de incremento del 2017 está incluido un 2.5% de recomposición salarial correspondiente al 2016. Asimismo, se enfatiza el hecho de que el valor de inflación para el año en curso, es un estimado, por lo que pueden producirse modificaciones en el transcurso del año. Las cláusulas gatillo han sido pensadas en base a lo anterior, de manera de tener un seguro de actualización de los salarios, sin necesidad de volver a negociar (lo cual, como sabemos, puede diluirse bastante en el tiempo).
Gráfico Nº2: Diferencia entre Inflación y Paritaria Docente entre 2011-2017
En el acumulado, la pérdida de poder adquisitivo del salario docente testigo ascendería al 10% aproximadamente en este rango de años analizados.
Agregaremos a continuación, una comparación con la evolución del salario mínimo vital y móvil, para poner en contexto la evolución del salario docente. El nuevo piso salarial para los trabajadores, ha sido publicado en el Boletín Oficial el 28 de junio, y será de $10.000 a partir de julio del año próximo. Por primera vez desde el funcionamiento del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, éste fue fijado por el Poder Ejecutivo al no llegar a un acuerdo empresarios y gremios. La representación de los trabajadores propuso que el salario mínimo, vital y móvil se fije en torno a los $14.060, lo que fue rechazado por la representación de los empleadores, cuya oferta consistió en un esquema de incremento en tres tramos – a partir del 1° de julio $8.860, a partir del 1° de enero de 2018, $9.200 y a partir del 1° de julio de 2018 $9.700.
El gráfico Nº3 nos muestra la evolución del salario mínimo, vital y móvil entre los años 2011 y 2017, hasta los últimos datos. Entre los años 2011 y 2017, éste se ha movido desde un valor nominal de $2300 a $8860. Las variaciones del mismo las vemos reflejadas en el siguiente gráfico. Así se observa que desde el año 2011 éste se ha incrementado, con un pico de 35.29% entre el año 2014 y 2015, y un mínimo del 16.09% entre 2011 y 2012. Vemos asimismo, según lo pautado por el Ministerio de Trabajo, que para julio del 2018, el salario estará en $10.000; representando un 12.87% de incremento con respecto al piso de julio 2017. Pero cuando se mide este incremento por el valor que regía previamente ($8060), el incremento total pasa a ser del 24% (a julio del 2018).
Gráfico Nº3: Salario mínimo, vital y móvil. Valores nominales y variaciones anuales, 2011-2018 (julio)
En el Gráfico Nº4, vemos comparada la evolución del salario mínimo, vital y móvil, y la paritaria docente. La variación entre el año 2011-2012 ha sido de 28.60% para la paritaria, y de 16.09% para el salario mínimo, mostrando una diferencia de más de 12 puntos. Las diferencias entre estas dos variables se minimizan entre los años 2013 a 2016, mostrando evoluciones bastante similares. En lo que respecta al año 2017, según las proyecciones establecidas, la diferencia entre ambas se amplia, con poco más de 14 puntos de diferencia.
Gráfico Nº4: Variación Salario mínimo, vital y móvi y Paritaria Docente. 2011-2017
Como conclusión, podemos decir que el reclamo de los gremios docentes se basa en la necesidad de mantener el poder adquisitivo del salario, que año a año sufre los embates de la inflación, variable que no ha logrado bajar la barrera de los dos dígitos. Para este año, las proyecciones de inflación se alejan del 17% previsto inicialmente por el Poder Ejecutivo en la Ley de Presupuesto, llegando actualmente al 25.20% en términos anuales. Esta diferencia es sumamente importante, y cambia las necesidades financieras tanto de las unidades familiares, como del propio Estado; en pos de mantener en términos reales el gasto.
El hecho de que el ofrecimiento por parte del sector público sea acorde a las proyecciones actuales de inflación ha de traer dificultades para el financiamiento del mismo, por lo que las negociaciones deben tener en cuenta no sólo el hecho de mantener el poder adquisitivo del salario docente, sino las posibilidades financieras del Estado de poder efectivamente transferir los fondos necesarios.
Del análisis de esta serie de datos podemos concluir cómo el avance de la inflación año tras año, hace que las negociaciones salariales, sean cada vez más reñidas, y que los acuerdos se alcancen cada vez más tarde en el tiempo. Cuando las variaciones de precios son tan fuertes, la inflación se convierte en un problema estructural, cada vez más difícil de controlar; y sumerge al sector público en la problemática de tener que elevar sus gastos a la par de la inflación, para mantenerlo en términos reales. Pero, a su vez, debe conseguir los fondos necesarios para ello, si es que no surgen de un incremento de la recaudación tributaria.