Bárbara Rossen, subsecretaria de Derechos Urbanos, Espacio Público y Medio Ambiente de la Defensoría, expuso en la mesa socioespacial, donde planteó algunas líneas de análisis de la dialéctica global-local, como dinámica de la sostenibilidad de las ciudades y, en particular, de la Ciudad de Buenos Aires. Luego, con foco en la temática del encuentro -la “Cuenca Matanza Riachuelo”-, ofreció una mirada crítica y propositiva. En cuanto al eje temático de la mesa, Los actores sociales como agentes de cambio, señaló que “una visión de la cuenca es compartida cuando realmente es compartida, y los actores sociales son agentes de cambio cuando son protagonistas de la transformación”. El Manifiesto del Foro Alternativo a Hábitat III y el pronunciamiento crítico que organizaciones sociales relevantes formularon respecto al encuentro, señaló, son “una señal de lo que falta: el espacio común”.
Transformar la ciudad -dijo- es una tarea que requiere de la articulación de múltiples actores: políticos, institucionales y sociales. «Las Defensorías del Pueblo tienen un rol sustantivo y diferencial en este proceso desde el cual estimular o articular actores y acciones orientadas a la gestión y producción de una ciudad sostenible, inclusiva, equitativa e integrada, con una mirada metropolitana». Apelando a una expresión de una vecina de la cuenca, “su contaminación se paga con sangre de los pibes”. Por eso, invocó a escuchar a los vecinos y a las organizaciones sociales y a trabajar juntos en la ciudad y el territorio, en la Cuenca Matanza Riachuelo, con criterios de justicia social, urbana y ambiental y a hacer cierto el Derecho a la Ciudad y los Derechos Humanos.