Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Rossen, quien indicó que “el segundo informe del observatorio analiza la presencia del medio ambiento en la Constitución de la Ciudad y en la Encíclica Laudato Si, que para nosotros es una referencia para el trabajo en la protección y promoción de derechos ambientales”.
A continuación, Amor señaló que “los observatorios de la casa, como el de Derechos Ambientales, el de Victimas del Narcotráfico, o el de Trabajo Esclavo, tienen el objetivo de producir trabajos provocadores, disparadores”.
Además aseguró que “la Constitución de la Ciudad es de las más progresistas del país. Establece parámetros más avanzados en materia de medio ambiente que la Reforma de la Constitución Nacional de 1994. La Encíclica Laudato Si es, quizás, el documento sobre medio ambiento más importante del mundo. Es sorprendente la cantidad de puntos de coincidencia entre el pensamiento del Papa Francisco y quienes fueron convencionales constituyentes en 1996”.
“Frente a lo que pasa con la Cuenca Matanza-Riachuelo me pregunto: ¿qué es lo que hicimos en la Ciudad con los principios de la Constitución? ¿Qué hicimos en la Argentina con el documento del Papa, que hasta fue tomado por Nacionales Unidas? Cuesta encontrar leyes, políticas públicas, decisiones judiciales en línea con los principios que establece la Constitución y la Laudato Si”.
“Espero que el informe genere una reacción por parte del Gobierno de la Ciudad, de los legisladores, y de los jueces. Como funcionarios tenemos que hacernos cargo de los problemas del presente, y también de los que afectan a generaciones futuras, tal como es el tema del medio ambiente”, concluyó el Defensor.
Por su parte, el padre Accaputo se refirió a las vinculaciones entre derechos ambientales y derechos humanos. En este sentido, reflexionó sobre el carácter social de la encíclica y la necesidad de conformar una sola agenda ambiental y social: “Todo planteo ecológico, debe incluir una perspectiva social”, aseguró.
Asimismo afirmó que “nuestra Ciudad y el área metropolitana siguen conviviendo con situaciones de gran desigualdad, vinculadas a lo que Francisco llama la cultura del descarte”.
A modo de cierre, Brailovsky se refirió a las coincidencias conceptuales entre la Constitución de la Ciudad y la Laudato Si, tales como la concepción del ambiente como un bien común, el desarrollo sostenible, la participación ciudadana, el acceso al agua, las evaluaciones de impacto ambiental, la educación, y el tratamiento de residuos, entre otras. “El ambiento es patrimonio común, cuidarlo es un derecho y una obligación”, cerró.
Este es el segundo informe del Observatorio de Derechos Ambientales, el primero se tituló Gestión ambiental de pilas y baterías usadas.