Se marchó contra el miedo y también a favor del respeto. Por la muerte de un fiscal de la Nación y la ausencia de las mínimas muestras de recogimiento que implica honrar su muerte, pero también por nosotros en tanto ciudadanos, que ganamos la calle eligiendo el silencio para escucharnos. No fue un día más, fue una expresión de dolor sublimado a favor de la vida.