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Día Mundial del Parkinson: El mensaje de la Defensoría

La jornada se instituyó a través de una resolución de la ONU en 1997 para conmemorar el nacimiento del médico británico James Parkinson, que llevó adelante la primera descripción de la enfermedad en 1817 bajo el nombre de parálisis agitante.

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa de mayor prevalencia mundial, detrás del Alzheimer. Se caracteriza por causar severos daños neurológicos, que provocan que la persona tenga dificultades para controlar los movimientos de su cuerpo.

El daño surge cuando las células del sistema nervioso encargadas de producir la dopamina -el principal transmisor químico del cerebro encargado de facilitar la comunicación inter-neuronal- detienen su producción .

Se estima que en Argentina lo padecen alrededor de 120 mil personas, en mayor proporción los adultos mayores de 65 años (lo sobrelleva el 2% de este grupo poblacional), pero no es una enfermedad exclusiva de personas de edad avanzada. Cuando la misma se manifiesta antes de los 40 años, se conoce como enfermedad de Parkinson de inicio temprano.

Síntomas

Se desconoce a ciencia cierta cuál es el la causa de la enfermedad. Generalmente su surgimiento tiene lugar de forma espontánea, aunque en algunos casos pueda observarse un componente hereditario. Existe una fuerte sospecha de que podría derivar de la combinación de factores genéticos, heredados y ambientales que alientan su manifestación.

Los síntomas más típicamente conocidos son la lentitud en los movimientos, la inestabilidad postural, la inestabilidad en el equilibrio, la rigidez articular, problemas de deglución y el temblor corporal en reposo.

Asimismo, existen algunos síntomas no motores que suelen aparecer varios años antes que consisten en pérdida de olfato, la constipación, dificultades al escribir (letra pequeña y poco legible), los trastornos del sueño y la depresión, que podrían ayudar a una detección temprana.

Esto último es de suma importancia, ya que el desconocimiento de la causa última del origen de la enfermedad dificulta el diagnóstico de la misma, por lo que el único tratamiento vigente consiste en retrasar la evolución de los síntomas, mediante medicación y terapias de rehabilitación. Cuanto antes se detecte, mejor calidad de vida tendrá el paciente.

Durante los primeros años, la discapacidad motora puede ser tan leve que casi pase desapercibida. Sin embargo, si el paciente no recibe tratamiento la enfermedad se manifestará con deterioro motor significativo y pérdida de la independencia y de la capacidad para caminar. Con los años pueden aparecer otros síntomas no motores como la incontinencia urinaria, el deterioro cognitivo y la aparición de alucinaciones visuales.

Si bien no es una enfermedad mortal es importante cuidar los riesgos secundarios asociados a este padecimiento, las frecuentes caídas, la deshidratación (por el exceso de sudoración y orina) y la desnutrición (ya que muchas veces optan por ingerir alimentos fáciles de tragar, pero poco nutritivos).

Mitos sobre el Parkinson

• Todos los pacientes tienen temblor.
• Los pacientes que padecen la enfermedad no van a poder caminar más.
• No hay solución ni tratamiento.
• El único tratamiento que existe son los medicamentos.
• El Parkinson siempre es hereditario.

¿Cómo convivir con la enfermedad?

Recibir el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson genera un impacto emocional negativo tanto en el paciente como en su familia: enfrentan el futuro incierto de vivir con una enfermedad crónica discapacitante para la cual no hay cura y que conlleva una considerable estigmatización social.

Dada la complejidad de síntomas que presenta esta patología el abordaje es complejo y requiere de acompañamiento y un trabajo multidisciplinario que contribuya a mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.

Otros tratamientos que han exhibido contribuir significativamente en la mejora de la calidad de vida de los pacientes son la kinesiología, la fonoaudiología, psicología o la terapia ocupacional. Asimismo, estudios como el publicado en la revista New England Journal of Medicine (2012) sostienen que la realización de ejercicios como bailar, hacer tai chi o natación producen mejoras en la estabilidad y la fortaleza física de las personas con Parkinson, disminuyen la rigidez, mejora la coordinación y la percepción del cuerpo propio. Esto ocurre debido a la potenciación muscular, la elongación y el movimiento de las articulaciones. Por ello, la actividad debe hacerse de forma segura, consciente y no tomarlo como una carga, sino hacerlo felizmente y en caso de no gustar, cambiar por otra.

Fuentes

1. “El presente y futuro de la Cirugía de Parkinson y otros Movimientos Anormales”. Jornada de disertación en la Legislatura porteña realizada el 8 de mayo de 2019 en la cual expusieron, entre otros, Sergio Pampin, jefe de la Sección Neurocirugía Funcional del Hospital Posadas, y Pablo Bertoldi Hepburn, director ejecutivo nacional saliente de la entidad.

2. Tai Chi and Postural Stability in Patients with Parkinson’s Disease. Publicado en la revista New England Journal of Medicine el 9 de febrero de 2012.