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Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino: El mensaje de la Defensoría

La detección temprana es la clave para evitar llegar al diagnóstico cuando la enfermedad ya se encuentra en una etapa más avanzada.

El cáncer de cuello de útero, también conocido como cáncer cervical o de cérvix, se produce por un crecimiento anormal de células tumorales en el tejido del cuello uterino.

Es el segundo cáncer más frecuente en las mujeres.

Algunos tipos del Virus del Papiloma Humano (VPH ó HPV por sus siglas en inglés) causan esta enfermedad. Se trata de un virus muy común que afecta tanto a varones como mujeres y suele transmitirse a través de las relaciones sexuales. La infección por VPH es muy frecuente en la población joven sexualmente activa. Distintos estudios han demostrado una asociación de más del 99% entre el VPH y el cáncer de cuello de útero.

Según el tipo de VPH, la infección puede desaparecer sola, pero si persiste puede producir lesiones en el cuello de la matriz que con el tiempo podría derivar en cáncer.

Las lesiones precancerosas y el cáncer de cuello de útero no producen síntomas en sus estadios tempranos. Por otra parte, el tiempo de evolución hacia un carcinoma cérvico uterino es de entre 10 y 20 años, lo que hace que ésta sea una enfermedad fácilmente prevenible mediante los controles ginecológicos periódicos.

La detección temprana es la clave para evitar llegar al diagnóstico cuando la enfermedad ya se encuentra en una etapa más avanzada.

El cáncer de cuello de útero se puede prevenir mediante la realización del test de Papanicolau o PAP, que es una prueba sencilla, rápida e indolora, que se realiza en el consultorio del ginecólogo/a y que permite detectar posibles lesiones en el cuello del útero. Es recomendable que las mujeres se realicen al menos un PAP por año.  

La aplicación de la vacuna contra el HPV es otra herramienta eficaz de prevención. En el año 2011 esta vacuna fue incorporada en el Calendario Nacional de Vacunación obligatorio, para todas las niñas de 11 años nacidas a partir del año 2000, y a partir de este año, también será obligatoria para los varones de 11 años nacidos a partir del año 2006. Su aplicación es gratuita y consta de dos dosis con una diferencia de seis meses.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los hospitales generales de agudos (públicos) y los centros de salud (CeSAC) cuentan con servicios de ginecología para realizar consultas  y PAP gratuitos  y vacunatorios.