Asimismo, la ciudad Autónoma de Buenos Aires adhirió a la Resolución N° 66.127 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) donde se declara ese día tan especial.
Su conmemoración debe tener como marco la valoración y difusión de la toma de conciencia sobre el abuso y maltrato hacia las personas mayores a nivel global.
Deben implementarse actividades y acciones educativas, en ámbitos públicos y privados, campañas de comunicación y difusión que contribuyan a dar la posibilidad a las personas mayores de ejercer sus derechos y defender sus intereses, amplificar la toma de conciencia general sobre la discriminación y el maltrato en la vejez, educar para que la percepción social de las personas mayores sea más positiva y fomentar las relaciones.
El maltrato no solamente puede darse desde el punto de vista físico sino también desde el lado psicológico del entorno social, y afectar así la salud y los Derechos Humanos de miles de abuelos.
Conforme a datos de Naciones Unidas, en Argentina y Chile se estima que más de 33.600 adultos mayores sufren algún tipo de violencia dentro del seno familiar. El 44,4% de los adultos mayores tiene como principales victimarios a sus propios hijos; el 14.6% a los cónyuges; el 9,7 a la pareja actual (afectiva y/o sexual) y el 17% a otros familiares (nuera, yerno, entre otros). Es necesario destacar que las edades de los hijos/as agresores fluctúan entre 26 y 45 años y son en un 68% varones.
Estos informes destacan que “en el ámbito familiar, el tipo de violencia que mayoritariamente se ejerce contra los adultos mayores es el maltrato psicológico hasta en un 95%. generada a través de insultos (85%), la humillación y la desvalorización (66.3%), las amenazas de muerte (40%) y el rechazo, no están exentos de la violencia física. Las bofetadas, empujones, puntapiés y puñetazos son las formas de agresión más frecuentes. La violencia familiar y sexual tiene como principal víctima a la mujer”.
Este último dato se reflejó en el país con la marcha #Ni una menos del 3 de junio pasado, donde miles de personas tomaron conciencia y fueron parte de la misma, pues la violencia en la mujer incluye todas las franjas etarias.
Entre las causas que exponen al adulto mayor una situación de vulnerabilidad frente al maltrato, pueden señalarse la pérdida del rol social, la baja autoestima, los niveles de dependencia derivados de algunas patologías, los bajos niveles de ingresos económicos que los obliga a vivir con otros o a depender económicamente de ellos.
En Argentina, la marcha de los jubilados de cada miércoles frente al Congreso Nacional ya es parte de la idiosincrasia de la Ciudad de Buenos Aires, aunque su repercusión es ampliamente nacional.
Desde hace más de 20 años los abuelos luchan por percibir un haber jubilatorio que les permita vivir dignamente.
Como no rememorar a Carlos Victoriano Imízcoz, Luis de Salvo, Antonio Forte, José Miguel Zárate, Francisco Formento, Líberman, Abel Ferreira, Arnoldo Puig, y la recordada Norma Pla, abuelos jubilados que ya no están, pero les dejaron el camino allanado para que otros continúen la lucha.
Es fundamental resaltar la importancia de los adultos mayores y es un compromiso fomentar políticas dirigidas a garantizar el goce de sus derechos y su la real inclusión.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el marco de la celebración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez, manifestó: “Una civilización moderna sólo puede merecer tal nombre si conserva la tradición de honrar, respetar y proteger a los ancianos de la sociedad”.
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