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Día Mundial de la Tuberculosis: El mensaje de la Defensoría

A pesar de las técnicas diagnósticas sencillas y los tratamientos eficaces, la tuberculosis (TB) continúa en expansión y la cantidad de muertes anuales relacionadas con ella es muy alta.  

Se estima que alrededor de 1/3 de la población mundial está infectada con el bacilo que causa la TB, de esa cantidad 8 millones enferman por año y 2 millones mueren, lo que convierte a esta enfermedad en una de las principales causas de muerte.

Más del 95% de las muertes por TB se producen en países con ingresos medios y  bajos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la TB, la TB asociada a la infección por VIH y la TB multirresistente representan una amenaza para el desarrollo y la seguridad sanitaria mundial.

Se trata de una enfermedad infecciosa, muy contagiosa causada por una bacteria (bacilo de Koch) que afecta principalmente los pulmones, aunque también puede alojarse en otros órganos. Se transmite de persona a persona a través del aire, mediante las gotitas de saliva que una persona enferma y sin tratamiento elimina al toser, estornudar, hablar o al escupir. Estas quedan en suspenso y pueden ser inhaladas por otros.

El síntoma principal de la TB es la tos y el catarro persistentes por más de 15 días. Pueden presentarse acompañados de:

  • expectoraciones sanguinolentas.

  • fiebre.

  • pérdida de peso.

  • cansancio y debilidad.

  • pérdida de apetito.

  • resfríos repetidos y prolongados.

  • sudoración nocturna.

  • dolor torácico.

Son factores de riesgo: la inmunodepresión, la desnutrición, la diabetes y el tabaquismo. 

Diagnosticar la enfermedad tempranamente es muy importante porque una persona con TB sin tratamiento puede contagiar a muchas otras, especialmente a aquellas con quienes convive o comparte tiempos prolongados -familiares, amigos, compañeros de trabajo o de estudios- en espacios poco ventilados. Es importante aclarar que la TB no se contagia por compartir mate, cubiertos o vasos con una persona enferma.

Esta enfermedad tiene cura, siempre y cuando se detecte a tiempo, se cuente con los medicamentos necesarios y se complete el tratamiento indicado. La cantidad de fármacos a tomar y la extensa duración del tratamiento hace necesaria la supervisión de las tomas por parte de un agente sanitario. Es imprescindible la finalización de los tratamientos, razón por la cual la continuidad en la provisión de los medicamentos debe ser garantizada. La persona enferma que se encuentra bajo tratamiento no contagia a otras.

La detección temprana de la TB, saber si es multirresistente (a los medicamentos antituberculosos más utilizados -rifampicina e isoniazida-), comenzar con un tratamiento eficaz y finalizarlo son las claves para desterrar a la TB.

Como medidas de prevención es preciso aplicar la vacuna BCG a los/as niños/as de acuerdo al calendario de vacunación para prevenir las formas  graves de tuberculosis, ventilar a diario las habitaciones de las viviendas, realizar un control médico ante los síntomas, cubrirse la boca al toser o estornudar, y hacerse un control periódico de la salud.

Es muy importante insistir en que el diagnóstico a tiempo y el tratamiento salva vidas e impide la expansión de la TB. Por eso, ante una tos que persiste por más de 2 semanas, es fundamental concurrir a un servicio de salud para realizar una consulta médica, hacer un estudio diagnóstico muy sencillo (estudio de esputo) y, si es necesario, comenzar con el tratamiento apropiado a la brevedad.

En nuestro país, el estudio y el tratamiento para la TB son gratuitos en todos los centros de salud y hospitales públicos. Buscá el más cercano a tu domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aquí

Este año, bajo el lema Unidos para poner fin a la Tuberculosis, y con los hashatgs para redes sociales #Tuberculosis y #FinTB, la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueven la unidad en el compromiso y esfuerzos de todos los sectores involucrados (gobiernos, comunidad, organizaciones de la sociedad civil y sector privado), sobre cuatro ejes: 

  • prevenir la TB para contribuir a aliviar la pobreza.

  • mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la curación.

  • poner fin a la discriminación y al estigma.

  • impulsar la investigación y la innovación.

La estrategia mundial tiene como meta terminar con la epidemia para 2030, por un mundo sin TB y sin muertes provocadas por esta enfermedad.