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Día Mundial de la Meningitis: El mensaje de la Defensoría

Desde 2015, el Ministerio de Salud de la Nación incorporó la vacuna contra el meningococo al Calendario Nacional de Vacunación, gratuito y obligatorio.

La meningitis es una inflamación de los tejidos que recubren el cerebro y la médula espinal. Usualmente es causada por una infección por microorganismos como bacterias, virus u hongos, aunque también por ciertos fármacos o por trastornos no infecciosos como tumores o cánceres.

Los distintos tipos de meningitis se clasifican según su causa o por la rapidez con que se desarrolla (aguda, subaguda o crónica).

La meningitis viral es más leve, es habitualmente reversible, no deja secuelas ni pone la vida en riesgo. Ocurre con mayor frecuencia que la meningitis bacteriana. Puede contraerse a cualquier edad, aunque los/as niños/as menores de 5 años y las personas con el sistema inmunitario debilitado (por enfermedades, medicamentos, quimioterapia o trasplante reciente) presentan mayor riesgo de enfermar. 

La meningitis bacteriana es muy grave, puede producir daño neurológico permanente, pérdida auditiva, dificultades de aprendizaje, pero también puede ser mortal. Una vez diagnosticada, debe ser tratada inmediatamente con antibióticos específicos, y puede requerir la hospitalización de la persona. Las personas de todas las edades pueden contraer meningitis bacteriana, pero los lactantes y los menores de 5 años presentan un mayor riesgo en comparación con el resto.

Algunas bacterias pueden propagarse por el torrente sanguíneo desde una infección en otra parte del cuerpo, o transmitirse de persona a persona por el intercambio de secreciones de nuestra nariz o garganta a través del contacto con la saliva, tos, estornudos. También por el consumo de alimentos contaminados con bacterias (ej. E. Coli).

Entre las meningitis bacterianas agudas, la meningitis meningocócica a menudo produce la infección de la sangre, hemorragias, y afección de distintos órganos por lo que puede llegar a ser muy grave en cuestión de pocas horas (septicemia meningocócica). El sangrado debajo de la piel se evidencia como puntos o manchas rojas. Esta enfermedad es muy común en personas que viven o permanecen tiempos prolongados en condiciones de hacinamiento. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es mortal en el 50% de los casos no tratados y debe ser abordada como una urgencia médica. Ante un caso de meningitis meningocócica, todos los miembros del hogar y quienes estén en contacto cercano con la persona enferma deben recibir antibióticos preventivos.

¿Cuáles son los síntomas?

Pueden variar en intensidad según el tipo de meningitis, pero algunas señales son comunes a todas ellas:

  • dolor de cabeza intenso (cefalea).

  • fiebre.

  • dolor de nuca y rigidez de cuello, con dificultad para bajar el mentón hacia el pecho (los bebés pueden no presentar este síntoma).

  • náuseas, vómitos.

  • dolor de garganta o rinitis.

  • intolerancia a la luz (fotofobia).

  • manchas rojas en la piel (petequias).

  • cambios en el estado mental, confusión.

  • agitación, convulsiones, delirio, inconciencia, letargia.

En lactantes y bebés son síntomas frecuentes las manos y pies fríos, la falta de apetito, dificultad para comer, dolor en las piernas, llanto inusual con quejidos, somnolencia, letargo y rechazo a ser alzados.

En cualquier caso, ante la presencia de fiebre alta y cualquiera de los otros síntomas es preciso consultar al médico/a a la mayor brevedad posible, pues el diagnóstico y tratamiento oportuno de la meningitis bacteriana es fundamental para evitar las lesiones cerebrales y sus consecuencias o el fallecimiento de la persona.

¿Qué medidas de prevención puedo adoptar?

Existen pautas de higiene básicas que protegen contra los enterovirus que no son de la polio y que causan la meningitis viral:

  • lavarse las manos con agua y jabón, después de ir al baño, toser, sonarse la nariz y cambiar pañales;

  • evitar tocarse la cara o la boca si no se ha lavado las manos;

  • taparse la boca y la nariz con un pañuelo descartable o con el antebrazo al estornudar o toser, nunca con las manos;

  • evitar contacto cercano o compartir cubiertos y vasos con personas que estén enfermas;

  • quedarse en casa si se está enfermo;

  • desinfectar superficies de la casa que se tocan frecuentemente (p. ej.: manijas de puertas, botones de sanitarios) y objetos (juguetes) si alguien está enfermo en el hogar.

Asegurarse de tener o de aplicar a los/as niños/as las vacunas del calendario que protegen contra los virus que pueden causar meningitis viral: sarampión, paperas, varicela, rubeola, influenza.

Desde 2015, el Ministerio de Salud de la Nación incorporó la vacuna contra el meningococo al Calendario Nacional de Vacunación, gratuito y obligatorio.  El esquema contempla varias dosis: a los tres (3) meses de edad, otra a los cinco (5) meses; un refuerzo a los 15 meses y otro a los 11 años de edad (para los adolescentes que nacieron a partir del año 2006).

De esta forma, la Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en incorporar esta vacuna en forma gratuita para los menores de 1 año y en implementar una estrategia de vacunación que incluye a los/as adolescentes para su protección directa y para la protección indirecta de la población no vacunada.

Recordá que todas las vacunas del Calendario Nacional son gratuitas, obligatorias, no requieren receta para su aplicación y se encuentran disponibles en los hospitales públicos y centros de salud.

Consultá el Calendario Nacional de Vacunación y buscá el vacunatorio más cercano a tu domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.