Bandera Argentina
el-origen-insospechado-de-la-dolorosa-e-incurable-artritis-reumatoide

Día Mundial de la Artritis y de las Enfermedades Reumáticas: el mensaje de la Defensoría

Desde 1996, todos los 12 de octubre se celebra en todo el mundo esta jornada para sensibilizar e informar a la población sobre las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas pues impactan en la calidad de vida de las personas que las padecen.

Las enfermedades reumáticas son un conjunto de más de 200 enfermedades, que afectan a las articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, así como al tejido conectivo y enfermedades metabólicas del hueso. Entre ellas: la artritis idiopática juvenil, artritis psoriásica, artritis reactiva, artritis reumatoidea, artritis séptica, artrosis, dermatomiositis juvenil, esclerodermia localizada y sistémica, espondilitis anquilosante, fibromialgia, gota, lupus, miopatías inflamatorias, osteoporosis, poliarteritis nodosa, síndrome de Sjögren, síndromes dolorosos musculoesqueléticos, vasculitis, entre muchas otras.

¿Qué es la artritis?

El término artritis significa literalmente inflamación de las articulaciones. Es una manifestación clínica que puede estar presente en personas a cualquier edad. No es una enfermedad en sí misma, por lo que para llegar al diagnóstico, el médico realizará un interrogatorio, examen físico y solicitará diversos estudios: radiológicos, ecográficos y de laboratorio, entre otros. Siempre será importante que se realice un diagnóstico temprano y oportuno.

¿Qué es la artritis reumatoidea (AR)?

Es una enfermedad autoinmune crónica, que influye significativamente en la calidad de vida. No se conoce su causa, pero se sabe que el sistema inmunitario genera una gran cantidad de inflamación que afecta las articulaciones, generando dolor e hinchazón en ellas. Esta inflamación, si es persistente causa un daño articular.

La AR causa rigidez que suele aparecer después de períodos prolongados de reposo, por ejemplo, en la mañana; y se alivia con calor y movimiento. También, produce dolor, hinchazón y disminución del movimiento en las articulaciones. Los síntomas comienzan en articulaciones pequeñas de las manos y en los dedos de los pies, pero luego, puede afectar otras como rodillas, tobillos, codos, hombros, etc. También, pueden aparecer manifestaciones extraarticulares como astenia (debilidad o fatiga), pérdida de peso, febrícula, nódulos reumatoideos (que suelen encontrarse a nivel subcutáneo), manifestaciones oculares, pulmonares, neurológicas y afectación cardíaca.

No existe una única prueba para diagnosticar a la AR. El diagnóstico se basa en criterios clínicos que serán evaluados por el médico reumatólogo, a través de un examen clínico, estudios de sangre, radiografía y/o ecografía. El diagnóstico precoz es sumamente importante, ya que permite un inicio temprano de tratamiento para así frenar el avance de la enfermedad, evitando mayor deformidad e incapacidad.

En el tratamiento de la AR se utilizan medicamentos que brindan alivio y mejoran el dolor y la inflamación de las articulaciones; aunque pueden aparecer períodos de exacerbaciones (agravamiento). La AR es una enfermedad crónica, ya que, actualmente, no existe una cura; por eso, es importante que quienes tienen este diagnóstico reciban información suficiente sobre la enfermedad y su tratamiento.

¿Qué es la fibromialgia?

Es una enfermedad crónica de reumatismo no articular que se caracteriza por presentar como síntoma nuclear al dolor crónico, difuso y generalizado, aunque hay sitios donde el dolor puede ser más intenso (puntos dolorosos) como el cuello, la región lumbar, hombros y caderas. Se describe como un dolor constante, inexplicable y generalizado, de al menos 3 meses de duración, que empeora con la actividad muscular excesiva. También, se puede sentir rigidez generalizada en el cuerpo, generalmente matutina, y sensación de inflamación en manos y pies.

Los pacientes suelen referir que el sueño nocturno no resulta reparador, ya que pueden haber experimentado dificultad para conciliar o mantener el sueño, por padecer el síndrome de piernas inquietas, y en consecuencia, despertarse cansados. Esto empeora la fatiga crónica y la sensación de falta de fuerza que pueden sentir.

Otros aspectos que pueden estar afectados son pérdida de memoria, dificultad para concentrarse y para el análisis lógico, necesidad de orinar excesivas veces en el día o en la noche, alteraciones del estado de ánimo, cuadros de ansiedad o depresión, dolor en región mandibular, bruxismo, síndrome de colon irritable, cefaleas crónicas diarias y otros.

Si bien la causa es desconocida, se ha determinado la posibilidad de que exista cierta predisposición genética: el riesgo de padecer la enfermedad entre los familiares de pacientes con Fibromialgia es mayor que en la población general. Existe una alteración en el proceso del dolor a nivel del sistema nervioso central, generándose una respuesta dolorosa amplificada y aquellos estímulos que deberían ser tolerables se perciben intensa y persistentemente.

Con respecto al diagnóstico no existen determinaciones específicas que se observen en el  laboratorio, radiografía, ecografía o resonancia magnética, pero el médico podrá solicitarlos para descartar otras patologías. Asimismo, en el examen físico, podrá palpar puntos anatómicos específicos en distintas localizaciones que generaran dolor a la presión. El diagnóstico precoz es fundamental ya que cuanto antes se realice, antes se iniciará el tratamiento adecuado a cada paciente.

En este tipo de patología, el tratamiento debe ser integral, y el equipo de salud deberá ser interdisciplinario. En primer lugar, la información que se le pueda brindar al paciente es fundamental, ya que si bien no existe un tratamiento curativo, un paciente informado tiene posibilidad de participar de forma activa en su tratamiento, mejorando así los síntomas para conseguir una mejoría en la calidad de vida.

El apoyo psicológico colabora en controlar la ansiedad y depresión que pueden presentarse. Con respecto al dolor, además de la medicación indicada por su médico, el ejercicio ayuda a controlarlo. Se debe ir incorporando progresivamente, recomendándose fundamentalmente el ejercicio aeróbico, de estiramiento y de fortalecimiento muscular. Las técnicas de relajación se pueden utilizar tanto para aliviar la tensión muscular como la ansiedad.

Podés encontrar el centro de salud más cercano a tu domicilio ingresando aquí.