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Día Mundial contra el Cáncer: El mensaje de la Defensoría

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Esta jornada representa una oportunidad para incentivar a las personas a realizar los chequeos médicos correspondientes, ya que la prevención, la detección temprana, el diagnóstico preciso y el acceso a un tratamiento oportuno y adecuado mejoran el pronóstico y las posibilidades de curación.

¿Qué es el cáncer?

El cáncer no es una sola enfermedad. Por el contrario, es un término que se utiliza para referirse a un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar cualquier parte del cuerpo.

El cáncer comienza cuando se produce una multiplicación descontrolada de células anormales. Estas células se pueden extender más allá de sus límites habituales, invadiendo tejidos vecinos, ganglios linfáticos regionales e incluso afectar otros órganos más alejados. Este proceso se denomina metástasis.

Existen diferentes tipos de cánceres. Algunos crecen y se propagan rápidamente mientras que otros lo hacen más lentamente. También se pueden diferenciar en el tratamiento, ya que el mismo dependerá del tipo de cáncer, el estadio en el que se encuentre, las características de cada paciente y otras cuestiones que evalúa el/la profesional. Para algunos casos, una cirugía es lo apropiado, mientras que otros responden mejor a radioterapia o quimioterapia. También, es común que se indiquen dos o más de estas opciones.

¿Cómo puede prevenirse?

La prevención primaria del cáncer promueve la práctica de hábitos beneficiosos para la salud.

Se trata de adoptar un estilo de vida saludable, que incluya:

-Una alimentación equilibrada.

-Realizar actividad física a diario (30 minutos al menos).

-Aplicarse las vacunas incluidas en el calendario nacional.

-Evitar el consumo excesivo de alcohol.

-Dejar de fumar.

-Evitar el sobrepeso y el sedentarismo.

Estas pautas también previenen los factores de riesgo de otras enfermedades no transmisibles.

Realizar periódicamente consultas médicas de control es prevención. Los exámenes o procedimientos diagnósticos que los/as especialistas indican en ellas, permiten identificar enfermedades en la etapa asintomática.

Cáncer de piel. La incidencia mundial de cáncer de piel se ha incrementado en las últimas décadas de manera significativa. La principal causa de su aparición es la exposición crónica a las radiaciones ultravioletas (RUV). El bronceado como valor estético aún sigue vigente; sin embargo, es importante comprender que en realidad es la evidencia del mecanismo de defensa de la piel por el daño solar ocasionado.

Desde la infancia se deben inculcar los hábitos para lograr una adecuada protección, ya que esto permitirá disminuir el riesgo de desarrollar cáncer en la edad adulta.

Existen ciertas recomendaciones a tener en cuenta para protegernos del sol:

-Elegir y buscar la sombra (debajo de un árbol, techo, sombrilla o carpa).

-Usar ropa y accesorios adecuados para protegerse (gorro o sombrero de ala ancha, ropa de trama apretada con mangas, anteojos de sol con filtros para RUV).

-Aplicar abundante cantidad de protector solar de amplio espectro (que proteja contra UVB-UVA), con FPS igual o mayor a 30, cubriendo toda la piel expuesta. La aplicación debe ser alrededor de 30 minutos antes de la exposición y debe ser renovada cada 2 horas o cada vez que se sale del agua y se seca la zona. El uso de protector solar no debe ser exclusivo del verano, sino cada vez que nos exponemos a radiaciones solares.

-Los/as niños/as menores de 1 año no deben ser expuestos al sol, sea en forma directa o indirecta.

-Evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16, cuando los rayos ultravioleta son más intensos. Recordar que las nubes dejan pasar el sol y que la arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y aumentan su acción.

Por otra parte, la Sociedad Argentina de Dermatología desaconseja el uso de camas solares por ser una práctica que daña la salud.

Es importante conocer nuestros lunares y manchas, y seguir su evolución, ya que cualquier cambio puede ser un signo de alarma. La consulta con un/a especialista en dermatología es una medida apropiada.

Dada la importancia de los protectores solares en la prevención, se han presentado proyectos de ley en el Congreso con el objetivo de incorporar la cobertura obligatoria en el PMO (Programa Médico Obligatorio) para protectores FPS 30 o más, con la indicación médica correspondiente.

Cáncer de mama. Es el más común entre las mujeres y afecta mayormente a aquellas que tienen entre 45 y 70 años (aunque en mucha menor medida, también puede ser diagnosticado en varones).

Se conocen algunos factores de riesgo: antecedentes personales y/o familiares de cáncer de mama, la edad (la predisposición a enfermar aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años), una menarca (primera menstruación) precoz o una menopausia tardía, una edad avanzada en el momento del primer parto, tratamientos prolongados con hormonas exógenas o no haber tenido hijos. La lactancia materna tiene un efecto protector frente al cáncer de mama.

La detección temprana y el tratamiento oportuno son clave. Existen diversos métodos para evaluar las mamas: el examen físico mamario realizado por el/la médico/a, los estudios por imágenes (ecografía, mamografía y resonancia magnética); y en caso de ser necesario, se realizará la toma de una muestra de tejido (biopsia) para obtener mayor certeza diagnóstica, lo que permitirá definir la conducta terapéutica posterior.

La Sociedad Argentina de Mastología recomienda «una mamografía de base a los 35 años en pacientes asintomáticas, y en caso de tener antecedentes familiares, el primer control debe hacerse 10 años antes de la edad en la que el familiar tuvo cáncer de mama». La mamografía permite detectar el cáncer de mama cuando el nódulo no es palpable aún. En estos casos es posible aplicar tratamientos menos agresivos.

El autoexamen de mama es una herramienta muy difundida que permite a la mujer conocer sus mamas y tomar de conciencia y responsabilidad sobre el cuidado de su salud. Sin embargo, el autoexamen no reemplaza la consulta con el/la especialista: no visitar al/la profesional porque una misma no encuentre hallazgos significativos, no es aconsejable.

En caso de que el tratamiento indicado para el cáncer de mama implique la realización de una mastectomía (cirugía en la que se extirpa tejido mamario), de acuerdo a lo establecido en la Ley Nacional 26.872, todos los establecimientos de salud públicos, las obras sociales, y empresas de medicina prepaga, “deben incluir la cobertura de la cirugía reconstructiva como consecuencia de una mastectomía por patología mamaria, así como la provisión de las prótesis necesarias”.

Cáncer de próstata. Es el cáncer de mayor incidencia en hombres en nuestro país. El mismo se caracteriza porque no suele dar síntomas al comienzo de la enfermedad, es por ello que es importante la consulta médica. Algunos de los síntomas comunes del cáncer de próstata consisten en un aumento en la frecuencia al orinar, urgencia al orinar, flujo urinario débil, sangrado en la orina, dolor pélvico o lumbar. Los pacientes que poseen síntomas siempre deben ser estudiados. A la edad de 50 años es cuando se comienza a realizar la detección pre-sintomática del cáncer de próstata; y en caso de que existan antecedentes familiares, los estudios se inician antes. La detección temprana del cáncer de próstata mediante el examen urológico (TR) y análisis de PSA conlleva el beneficio de poder realizar un tratamiento también temprano y potencialmente curativo. Es importante realizar una consulta periódica con un/una especialista en Urología.  

Cáncer colorrectal. Afecta tanto a hombres como mujeres y, clásicamente, se presenta en individuos mayores de 50 años. El mismo se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios y ambientales, en la cual influye la alimentación y el estilo de vida. Es por ello que la prevención primaria está basada en: consumir una dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas, disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal, ingerir productos ricos en calcio (lácteos), realizar ejercicio físico regularmente, evitar el sobrepeso, disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco.

Se determinó que el 75% de los CCR se presenta en pacientes sin antecedentes familiares ni enfermedades genéticas y que el resto ocurre en individuos que posee mayor riesgo por tener un antecedente personal o familiar de adenoma, de CCR o de síndromes hereditarios de CCR, o por antecedente personal de enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn).

En su mayoría, se caracterizan por presentar una lesión precursora. La misma es un pólipo adenomatoso que crece lentamente, cuya progresión hacia cáncer colorrectal tarda entre 10 y 15 años. Estos pólipos, gracias a su lenta progresión, pueden ser detectados y extirpados a tiempo mediante colonoscopía, razón por la cual es sumamente importante realizarse estos chequeos que permiten un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano. A partir de los 50 y hasta los 75 años, todas las personas, aunque no tengan síntomas, deben realizarse estos chequeos; y en el caso de tener antecedentes personales o familiares de CCR los controles deben comenzar antes. Los estudios de detección que se utilizan son el Test de Sangre Oculta en Materia Fecal y la colonoscopía.

Cáncer de pulmón. Este tipo de cáncer ocasionó el mayor número de defunciones por tumores malignos en el mundo, durante el año 2017. Afecta sobre todo a personas mayores de 60 años. Se caracteriza por presentar dificultad respiratoria, tos, dolor torácico, pérdida de peso, entre otros síntomas. El humo de cigarrillo es el factor de riesgo más importante de esta enfermedad, afectando tanto a fumadores activos como pasivos. Es por eso que la exposición al humo de tabaco en el ambiente puede ocasionarlo en personas que no fuman; cuanto mayor sea la exposición al humo, mayor es el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Asimismo, existen beneficios de dejar de fumar luego del diagnóstico de cáncer, mejorando el tratamiento del mismo y el estado de salud general como un mejor pronóstico y aumentar la tasa de sobrevida.

El tratamiento indicado depende de la edad y del estado clínico general del paciente, el tipo de cáncer y del estadío de la enfermedad. Todos los tratamientos pueden causar efectos no deseados que el/la médico/a deberá explicar para poder evaluar los beneficios frente a los efectos adversos.

Cáncer de cuello de útero. El riesgo de desarrollarlo aumenta con la edad y es mayor en las mujeres de más de 50 años. Está muy relacionado con la infección por determinados tipos del Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV por sus siglas en inglés). Existen diferentes tipos de VPH, algunos pueden generar lesiones que si no se tratan progresaran a cáncer (de alto riesgo), mientras que otros sólo producirán lesiones benignas (de bajo riesgo). El VPH afecta tanto a hombres como mujeres y se transmite por contacto sexual.  El tiempo de evolución hacia un carcinoma cérvico uterino es de entre 10 y 20 años, lo que hace que ésta sea una enfermedad fácilmente prevenible mediante los controles ginecológicos periódicos.

La vacuna contra el VPH ayuda a prevenir el cáncer de cuello de útero; está dentro del Calendario Nacional de Vacunación desde el año 2011, por lo que es gratuita y obligatoria para todos los niños y las niñas de 11 años. La misma se aplica en dos dosis con un intervalo de 6 meses. 

El test de Papanicolau o PAP es otro estudio sencillo e indoloro que puede detectar células anormales en el cuello del útero, lo que permite iniciar un tratamiento antes de que se convierta en cáncer. Se recomienda que las mujeres se realicen este estudio una vez al año, período que podrá modificarse según indicación médica.

También, el uso correcto del preservativo reduce el riesgo de transmisión del VPH, aunque no lo elimina del todo ya que el virus puede alojarse en áreas que no quedan protegidas por el preservativo. Sin embargo, se aconseja siempre su uso ya que también previene otras infecciones de transmisión sexual.

La infección por algunos tipos de VPH también es causa de parte de los cánceres anales, vulvares, vaginales, peneanos y orofaríngeos. La consulta anual con el/la médico/a es fundamental.

Las personas diagnosticadas con cáncer tienen derechos: a ser informadas, a recibir tratamiento y a que sus decisiones sean respetadas. En nuestro país, los tratamientos oncológicos tienen una cobertura del 100% para pacientes de hospitales públicos, para beneficiarios/as de obras sociales o afiliados/as a empresas de medicina prepaga.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires existe una Red de Oncología conformada por los servicios especializados que funcionan en los hospitales generales de agudos; éstos son públicos y, por lo tanto, su atención es gratuita. El centro de referencia en oncología en esta ciudad es el Hospital de Oncología Marie Curie, Av. Patricias Argentinas 750, teléfono: 4982-1731.

En nuestro país el Instituto Nacional del Cáncer (INC), dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, es el organismo que desarrolla políticas a nivel nacional para mejorar la prevención, la detección temprana y el control de los distintos tipos de cáncer, fomenta la investigación científica, la capacitación de los profesionales, así como la promoción de los cuidados paliativos.

Para consultas sobre prevención o cuidados paliativos podés comunicarte a la línea gratuita 0800-333-3586 del INC.

Podés encontrar el centro de salud más cercano a tu domicilio ingresando aquí y el vacunatorio más cercano a tu domicilio ingresando aquí.