En 2003, la UNESCO definió a los procedimientos de la artesanía tradicional como un ámbito del patrimonio cultural inmaterial caracterizado por la transmisión del oficio de generación en generación en las familias o en la comunidad.
En nuestro país, los artesanos y las artesanas pueden provenir de comunidades rurales o de centros urbanos. Su pasión por el trabajo manual se expresa en obras realizadas en diferentes materiales, como el metal, la tela, el hueso, la madera o el cuero, entre muchos otros. Algunos replican con exactitud la tradición de una labor aprendida de generaciones anteriores. Otros, en cambio, apuestan por innovar implementando nuevas técnicas y materias primas.
La importancia de la artesanía, tanto a nivel mundial como en la República Argentina, se expresa en términos culturales y económicos. Culturalmente, la labor artesanal preserva la identidad de los pueblos, conectando el pasado con el presente y vinculando la tradición, lo utilitario y lo simbólico. A nivel económico, implica la presencia de trabajo genuino y sustentable. En este proceso, los artesanos y las artesanas se vinculan directamente con la materia prima y generan valor agregado a partir de un modo de producción a baja escala que no perjudica el medio ambiente.