En 1956, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, para consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero, destinándose para ello actividades propias para promover el bienestar de los niños y niñas del mundo.
Los avances legislativos logrados en estos años de democracia quedaron plasmados en la Ley 26061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, normativa nacional concordante con la Ley 114 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta legislación generó un nuevo sistema de protección de derechos de la infancia. A pesar del camino recorrido, las condiciones de vida de los niños y niñas, presentan niveles muy fuertes de vulnerabilidad en sus derechos.
La titular del Centro de Atención de Niñez, Adolescencia y Género -cuya titular es María Elena Naddeo-, manifestó su preocupación ante el diagnóstico publicado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el cual informa el fuerte incremento de las familias en situación de pobreza e indigencia durante el año 2016. Esta franja de la población carece de sus derechos económicos y sociales, siendo mayoría niños niñas y adolescentes.
“En 2016, aproximadamente el 11 por ciento de los niños/as de 0 a 14 años residiría en hogares por debajo de la línea de indigencia, mientras que dicho porcentaje sería de alrededor del 9 por ciento, 5 por ciento y 1 por ciento entre los jóvenes, adultos y adultos mayores, respectivamente. La propensión a la pobreza absoluta por ingresos también es más elevada entre los niños/as, entre los cuales el porcentaje alcanzó alrededor del 49 por ciento en el 2016. Por su parte, en los restantes grupos etarios, la tasa de pobreza absoluta por ingresos habría alcanzado niveles de 38 por ciento, 28 por ciento y 11 ciento aproximadamente entre los jóvenes, adultos y adultos mayores, respectivamente”, informa el mencionado diagnóstico del observatorio.
El sistema de protección integral de niños, niñas y adolescentes requiere para su plena vigencia el desarrollo de políticas públicas destinadas a asegurar a las familias trabajo digno, vivienda social, acceso a la educación, a la salud, a la recreación. En el Día Universal de la Infancia exhortamos a los poderes del Estado a generar acciones para transformar estos gravísimos indicadores en función del bienestar de los niños, niñas y sus familias.
En 1989, tras haberse sancionado la Convención Internacional de los Derechos del Niño, Naciones Unidas incluyó también otro día de celebración (el 20 de noviembre) para tomar mayor conciencia sobre la necesidad de protección especial para los niños y las niñas.