Si bien la palabra “danza” hace referencia específica al ballet clásico, de manera generalizada el término incluye otras formas de baile, las relativas al folclore de los pueblos y ritmos musicales diversos vinculado con diferentes tradiciones culturales porque la danza no es solamente la expresión de sentimientos individuales, sino que, sobre todo, es vehículo de comunicación de símbolos, rituales y valores culturales de una determinada sociedad.
En nuestro país, la danza viene convocando a lo largo de su historia a numerosas personas y colectivos que se sienten atraídas por esta rama del arte en la que los cuerpos expresan emociones al compás de la música. Muchas se han destacado en su práctica e, incluso, han llegado a representar a la Argentina a nivel internacional.
En tiempos en los que la pandemia del coronavirus golpea duramente al sector de la cultura, se vuelve imperioso que el Estado acompañe todas las manifestaciones artísticas, especialmente a aquellas cuya práctica implica poner el cuerpo en espacios compartidos.
Al referirse a este momento tan particular que el mundo está atravesando, el multipremiado bailarín alemán Friedemann Vogel, elegido por el Instituto Internacional del Teatro de la Unesco para dar un mensaje por la celebración de la fecha, señaló: “Nunca en la historia reciente se ha desafiado a la comunidad de la danza de manera tan colectiva a mantenerse motivada, a encontrar nuestra razón de ser. Sin embargo, es precisamente en el momento en que se nos ha quitado algo precioso, cuando realmente apreciamos cuán vital es lo que hacemos y cuánto significa la danza para la sociedad en general”.